Desde la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO procesan y analizan riesgos actuales para lineamientos de mejoras en las obras hidráulicas existentes. La información relevada se unificará, será de libre acceso y se sumará como contenido en carreras universitarias afines. Mendoza posee varios barrios privados que han tenido inconvenientes por su ordenamiento territorial y deber atentos ante este informe.
Sistematizar la información existente sobre las actuales obras de defensa aluvional, para poder analizar y avanzar con aportes técnicos en la actualización de la reingeniería del sistema, es uno de los principales objetivos en los que trabajan desde la Facultad de Ingeniería. Lo hacen a través del proyecto “Un aporte a la actualización de la ingeniería del sistema de defensa aluvional del Gran Mendoza” que, considerando las nuevas herramientas tecnológicas, apuesta también a una concepción más integral y sustentable de las obras hidráulicas existentes en los municipios de Luján, Godoy Cruz, Ciudad y Las Heras.
“Si bien existen diversos estudios de riesgo que se hicieron en varias etapas, la mirada estaba puesta en los canales, una vez que el agua corría hacia lo urbano. La idea en este caso es determinar el riesgo de la estructura, de la presa, del canal, para ver cómo nos encontramos frente al sistema de defensa”, explicó Patricia Infante, directora del proyecto de la UNCUYO que está en etapa de recolección y relevamiento de documentos.
La especialista detalló que el sistema de defensa del piedemonte y el Gran Mendoza que analizan, que tiene como función almacenar agua y liberarla en forma controlada, está formado por los diques San Isidro, Papagayos, Frías, Maure y el colector Blanco Encalada. Entre otros datos, parten de que tanto el Maure, Papagayos y Frías tienen una reducción de su capacidad original de 58%, 21% y 13%, respectivamente.
“La reducción no se debe a mal funcionamiento, sino a que estas obras fueron en su mayoría realizadas en la década del 40, con técnicas que resultan obsoletas en la actualidad. A lo cual se suman otros factores incidentes, tales como la constante sedimentación y el avance de la urbanización en el piedemonte, con su consecuente impermeabilización de los suelos, lo que provoca que el agua ya no infiltre de forma natural como antes”, explicaron.
Impacto y relevancia
El próximo paso para estos investigadores será la carga de los datos relevados a un sistema de información geográfica. Es decir, plasmarán todas aquellas investigaciones que se encuentran en distintos soportes, pero sin estar georreferenciadas, en un sistema de coordenadas común. Así generarían capas de información biofísica, socioeconómicas, de relieve, organizando una compatibilización entre los datos que permitirán trabajar en el mismo nivel de detalle.
“Una vez finalizada la carga de datos, toda esa información procesada tendrá acceso libre y gratuito, sirviendo como material para la generación de lineamientos generales que funcionen de base para futuras políticas públicas, como criterios en los cuales establecer el desarrollo urbano del Gran Mendoza de manera planificada, ordenada y segura”, adelantaron desde la UNCUYO.
Aplicaciones didácticas y de control
Más allá del aporte a la actualización del sistema aluvional, este equipo apuesta a la aplicación didáctica de lo relevado, como contenido para la carrera de Ingeniería Civil y para que sea utilizado por los estudiantes como documentación histórica. Sobre esto, Mario Salomón, a cargo de la asignatura “Planificación ambiental del recurso hídrico y del espacio físico”, comentó que como tiene vinculación entre materias, sirve como enlace entre programas de estudio.
Además, el proyecto es interdisciplinario ya que algunos miembros del equipo de investigación trabajan también en organismos de control (como la Dirección Provincial de Vialidad, el Departamento General de Irrigación, CONICET, entre otros), y aspiran a sumar nuevos organismos. “Lo que pretendemos es interactuar con la Dirección de Hidráulica, la Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial, los municipios y con distintos organismos de la provincia que estén abocados”, declaró Infante.
“Actualmente, no existe un código urbano, por lo tanto el proyecto coadyuva a rediseñar las directrices y parámetros desactualizados que están preparados para una urbanización de una provincia de 400.000 habitantes, cuando hoy en día es de un millón doscientos mil”, agregó Sara Rodríguez, que también integra el equipo.
Más datos
Mendoza posee condiciones climáticas y geomorfológicas que hacen que su ecosistema esté expuesto a riegos naturales de diferente envergadura. En el caso del riesgo aluvional, esto se debe a las grandes pendientes, lluvias estivales violentas y concentradas, escasa vegetación, suelos no consolidados, ríos secos que encauzan el agua de lluvia en dirección al área urbana, entre otros.
Dichos factores son los que generan el alto riesgo aluvional que acecha a la provincia. Por lo que estamos en presencia de una amenaza natural latente, que muchas veces pasa desapercibida para los mendocinos.
Además, también influye el factor humano, con la existencia de escasas políticas de control que ha provocado concentración acelerada de población y edificación en zonas no aptas para tal fin. Las cuales han sido recientemente contempladas en la Ley Nº 8.999/2017, que aprueba el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial y que aún se encuentra en proceso de aplicación.