Impulsado por los paquetes fiscales de Estados Unidos y otros países industrializados, el mercado petrolero parece haber ingresado en una espiral alcista de la mano del optimismo de los inversores. Un escenario impensado hace poco menos de un año, cuando los precios del activo estaba casi por el suelo.
Este viernes, el barril de Brent, de referencia en Argentina, cerró a USD 62,91 para los Futuros del mes de mayo. Y aunque marcó un leve descenso por segundo día consecutivo, afirmó el valor del petróleo con un piso de USD 60, algo que, las principales consultoras, en diciembre pasado, fijaban como techo para todo este 2021.
Luego de lo ocurrido en los últimos días con el precio del comoditie, algunos hablan de que se está ante un nuevo “superciclo” del recurso. Sostienen que de la mano de un “renacimiento” de la industria, apalancado por los paquetes fiscales, sumado al avance de los planes de vacunación, los precios del petróleo se dispararán.
Así se lo indicaron a sus clientes JPMorgan Chase y Goldman Sachs, dos de los mayores conglomerados financieros de Wall Street. La previsión más optimista apunta a que el valor del crudo podría volver a acercarse a los 100 dólares por barril, un nivel no registrado desde 2014.
“En los próximos años nos va a faltar petróleo (…). Podríamos ver cómo el crudo se dispara hacia, o incluso por encima de, 100 dólares el barril”, advirtió esta semana uno de los directivos de JPMorgan, Christyan Malek, durante una conferencia telefónica sostenida con los clientes del banco, según contó la Agencia Sputnik.
A eso se suma que el analista de Goldman Sachs, Jeffrey Currie, señaló al periódico británico Financial Times que cree que existen posibilidades de que el petróleo llegue a cotizar este año a 80 dólares “o incluso más”.
Parte de su proyección la fundamenta en que el paquete de estímulo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden por 1,9 billones de dólares, está “dirigido a los hogares de ingresos medios y bajos” lo que “crea un consumo significativo e intenso de productos básicos”, entre ellos los combustibles.
Pese al optimismo generado por las consultoras a sus inversionistas, lo cierto es que el precio del petróleo, aunque mantiene su tendencia al alza,aún sufre de una alta volatilidad.
De hecho la baja (aunque leve) con la que cerró la jornada el barril de Brent, da cuenta de lo frágil que es la relación oferta-demanda. Las razones de la caída estuvieron directamente relacionadas a una potencial suba de producción tanto en Estados Unidos como en Venezuela.
Del otro lado está la Opep+ que mantiene en permanente revisión sus recortes de producción. Fue el príncipe Abdulaziz bin Salman, quién le pidió el líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleoy sus aliados pidió cautela a los miembros y mantener los acuerdos alcanzados hasta la próxima reunión que se realizará el mes que viene y se definirá qué medidas se toman.
“Debo advertir una vez más contra la complacencia. La incertidumbre es muy alta y las cicatrices de los eventos del año pasado deberían enseñarnos a ser cautelosos“, expresó el príncipe
El grupo sigue adelante con un recorte de poco más de 7 millones de barriles por día, equivalente a un 7% del suministro mundial de crudo. Y si bien trabajan en disminuir dicho recorte, la intención es hacerlo de modo paulatino para evitar un descenso abrupto del petróleo y atentos a cómo evolucione la pandemia.
El líder de la OPEP no es el único que pide cautela. Desde la agenciaSputnik dan cuenta de las declaraciones de Arjun Murti, asesor y miembro de la junta directiva de la energética ConocoPhillips. Para él, hablar de otro “superciclo” petrolero es algo “prematuro”, aunque admite escenarios en los que los precios se fortalezcan significativamente. “Todavía hay que superar algunos obstáculos” afirmó.
La opinión de este asesor no es menor. Fue Murti quién en 2005 pronosticara que el crudo podría superar los 100 dólares por barril, mientras trabajaba en Goldman Sachs. Más tarde hizo lo propio, cuando anticipó que el barril llegaría a los 150 dólares, antes de que alcanzara un máximo de 147 dólares en vísperas de la crisis financiera del 2008.
Una de las razones que explica la cautela del ejecutivo, es la demanda. Si bien admite que la demanda podría volver a niveles anteriores a la pandemia, considera que esto no sería suficiente para crear un desequilibrio con el suministro que provocara una estampida en el precio.
Fuente: La opinión Austral.