Los conflictos dentro de la casa de Gran Hermano lejos de apaciguarse, crecen con el correr de los días y el aislamiento. En ese sentido, una de las participantes, Catalina Gorostidi se erigió como una de las participantes que está generando más conversación y atención en el seno del reality. Su conflictiva convivencia con Isabel llegó al punto de desencadenar llantos y gritos, además de pases de factura, en un momento en que en la casa se vivían momento de tensión a la espera de ver quién sería la próxima eliminada.
Este conflicto tuvo su génesis cuando Catalina, la médica pediatra, marcó una diferencia significativa al contradecir una afirmación de la sommelier, quien aseguraba que el reality ponía de manifiesto lo peor de cada individuo. La diferencia de opiniones desembocó en una serie de recriminaciones y expresiones que rozaron la falta de respeto.
La participante, de 65 años de edad, manifestó: “A la mayoría nos saca lo peor, el llanto más grande, la tristeza más grande, ¿cómo que no?”, y tras ello, aclaró, “de todos modos, lo que yo diga siempre va a ser que no”. Sin quedarse callada, Catalina irrumpió: “Por algo será”, ante lo que continuó: “Todos nos callamos la boca con vos, porque sino sos insoportable y muy mentirosa”. Por su parte, Isabel no calmó el ambiente: “Y no sabés lo mentirosa que puedo ser”.
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Tras ello, mientras Isabel se encontraba maquillándose frente al espejo, la otra participante experimentó una explosión de enojo al cuestionarla en su capacidad profesional y juzgar sus actitudes en el contexto del reality. Catalina, sintiéndose molesta al descubrir que Isabel había hablado mal de ella, culminó en un episodio de llanto en medio de este conflicto.
“Sos tan básica. Y te voy a decir otra cosa, Isabel, si te interesa escuchame, sino me chupa un huevo. Cuando dijiste ‘ay, una médica diciendo ‘tarada’, si la ignorante sos vos que no sabés que ‘tarada’ es un insulto y no una enfermedad, y lo ponés como enfermedad, sabiendo que siempre te escuché, la verdad es que esto es un golpe bajo, tristísimo”, se despachó Catalina.
Mientras continuaba maquillándose, la interlocutora sólo atinó a afirmar: “No se lo dije de malaleche, se lo dije bien”, mientras Cata continuó expresando: “Lo dijiste dos veces, lo dijiste ese día a la noche y al otro día ‘una médica diciendo esto’. Sí, ¿sabés qué? Una médica hecha y derecha como se debe, y que no critica a nadie, más que a la gente que buchonea. Eso es lo que sos. Vos tenés dos hijos enfermos y yo te escuché, te aconsejé, intenté hacer todo. Vos lo único que te importa es el quilombo. Nunca conocí una mina tan vieja y chota como vos”.
Sentada en la cama, Isabel sólo respondió: “Quedate tranquila, si yo me voy a ir”, pero Catalina no dejaría pasar el momento: “¿Qué tiene que ver que te vayas? esto es ser humano más allá de que te vayas o no te vayas. Dios mío. ¡Víbora inmunda!”, tras lo cual salió de la habitación. Fue en ese momento que Rosina, el disparador de la confrontación, comenzó a llorar, y no fue otra que Isabel quien se acercó a preguntarle cómo estaba.
“Puedo estar de acuerdo en muchas cosas con vos o no, pero no estoy falseando”, expresaba la sommelier, mientras intentaba limpiar las lágrimas de la médica. “Me están culpando de todo, me dicen barbaridades”, y fue allí que Rosina aclaró: “En este momento no tengo ni energía para decir lo que pienso, si querés en otro momento te lo digo, ahora no puedo”.
“Si me pongo así es por algo, es todo lo que voy a decir, no me pongo así por nada”, expresó la joven en medio del llanto. “Ahora en la cena voy a estar callada. Ya me voy a cambiar, ya me voy a maquillar”, expresó mientras intentaba recuperar el ánimo tras la confrontación que se vivió en la habitación, en la previa de lo que fue la eliminación del domingo a la noche, en que Isabel finalmente abandonó la casa.