El pasado lunes, el programa Gran Hermano retomó la dinámica del juego "Congelados", y la primera persona en ingresar a la casa fue la madre de Rosina Beltrán. Al encontrarse con su hija, intentó consolarla en medio de la tensión del momento, pero un desliz verbal le valió una sanción.
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Durante la emisión, el presentador Santiago del Moro envió a la madre de la concursante uruguaya para encontrarla en el patio de la casa, donde estaba "congelada" bajo una lluvia de mosquitos y visiblemente afectada emocionalmente. La madre aprovechó para reconfortar a Rosina mientras esta lloraba desconsoladamente.
Después de recorrer la casa, la madre regresó junto a Rosina para despedirse, momento en el cual la participante quebrantó la regla al dirigir una pregunta a su madre sobre su gata, llamada "Mágica", una referencia habitual durante su estancia en el confesionario.
Joel Ojeda, concursante eliminado de Gran Hermano, expresó sus sentimientos hacia Rosina, pero su intervención fue interrumpida por la noticia de que ella había sido sancionada por infringir la regla principal del juego "Congelados".
Gran Hermano tomó medidas disciplinarias, aunque no llegó a expulsarla de la casa, como señalaron sus compañeros. El "Supremo" del programa explicó claramente las reglas del juego y anunció la sanción a Rosina por haber mencionado a su gata, "Mágica", durante la visita de su madre. Esto implicó la exclusión de Rosina de la prueba del líder y de la competencia por la casa al día siguiente.
Rosina intentó justificar su acción argumentando que solo quería saber sobre el bienestar de su mascota, pero finalmente se vio abrumada por la frustración y rompió en llanto junto a sus compañeros.