David Copperfield, el ilusionista que revolucionó los espectáculos de magia, atraviesa un difícil momento. El diario inglés The Guardian reveló que enfrenta una acusación de múltiples abusos sexuales, que se habrían producido durante muchos años.
Según la denuncia, entre fines de 1980 y el año 2014, habría cometido por lo menos 16 casos, en su mayoría con chicas que en su momento, eran menores de edad.
David Copperfield es norteamericano y tiene 61 años. Supo utilizar la creciente globalización para ganar fama mundial con sus espectáculos que se caracterizaban por enormes desafíos y grandes puestas en escena. Además, estaba en pareja con Claudia Schiffer, la súper modelo de los años 90.
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De mago icónico a acusado de abusador
David Copperfield habría sido responsable de numerosos casos de abuso sexual que se mantuvieron durante casi 35 años. Según la denuncia del diaro "The Guardian", hay al menos 16 casos presentados contra el mago norteamericano. La mayoría de ellos, se trata de mujeres que dicen que eran menores cuando sucedieron los abusos. Incluso, una de las denuncias que trascendieron fue hecha por una mujer que en ese momento, solo tenía 15 años.
Las causas presentadas contra Copperfield dicen que, incluso, parte de esos abusos y manoseos se produjeron mientras realizaba sus ampulosas presentaciones en vivo. Los abogados de Copperfield dicen que las acusaciones "no sólo son completamente falsas sino también totalmente inverosímiles".
Otra de las causas incluso dice que habría drogado a tres mujeres antes de tener relaciones sexuales con ellas, por lo que quedaría claro que no estaban en condiciones de dar su consentimiento.
El movimiento "#me too" alentó las denuncias contra Copperfield
El medio británico dice que las mujeres que hicieron estas acusaciones tomaron el valor para ir judicialmente contra el ilusionista gracias a todo lo que se pudo conocer luego del movimiento "#me too". The Guardian está examinando estas acusaciones como parte de una serie de artículos que se han basado en entrevistas con más de 100 personas y registros judiciales y policiales. Las mujeres, en su mayoría, lo conocieron a través de su trabajo como uno de los artistas más exitosos del mundo y que en esa situación se produjeron los abusos que tant tiempo después se animan a denunciar.
David Copperfield, el mago de la globalización
David Copperfield se sintió fascinado por la magia desde que era un niño. Y luego lo transformó en su medio de vida. Pero a fines de los años 80 encontró una fórmula que lo llevaron a la fama mundial: grandes trucos de magia e ilusiones, transmitidos en directo - al mundo entero - gracias a la explosión de la globalización.
Los teatros, los estudios de televisión y hasta lugares al aire libre, se transformaron en sitios especiales para realizar trucos inesperados que asombraron al mundo. Ya no solo adivinar cartas o sacar flores de una galera. David Copperfield podía levitar y flotar por un escenario y hacer desaparecer trenes o aviones.
Incluso, en el climax de su carrera, montó un espectáculo a cielo abierto en Nueva York, en el que hizo desaparecer a la mismísima estatua de la Libertad.
Además, en todo ese tiempo, estaba en pareja con Claudia Schiffer, la modelo más famosa de los años 90.
Pero, luego, vinieron algunos inconvenientes para su trabajo. Sus "trucos" eran tan desafiantes para los espectadores, que muchos intentaban imitarlos. Como podían ser peligrosos al no conocer la "técnica de la ilusión", la justicia lo obligó a develar uno de sus secretos mejor guardados.
Se supo, por ejemplo, el sistema de espejos que usaba para reorientar la luz y simular que objetos enormes desaparecían. O los arneses "invisibles" (tan usados habitualmente en los efectos en el cine) que le permitían dar la sensación de poder volar en espacios cerrados.
Sin embargo, David Copperfield se reinventó y al día de hoy continúa dando espectáculos, aunque ya está casi circunscripto a los Estados Unidos.
Un día, Copperfield llegó a la Argentina
Su fama mundial no podía ser ignorada en nuestro país. Hubo un elemento muy importante que ayudó a que lo pudieramos conocer personalmente en nuestro país. En su momento de mayor brillo, en los 90, la convertibilidad - un peso, un dólar - hizo que contratar al mago más famoso del planeta fuera accesible para los empresarios.