La Conferencia Industrial inició este lunes con un discurso potente de su presidente, Martín Rappallini, quien delineó los desafíos críticos que enfrenta la industria argentina. En un auditorio repleto de empresarios, Rappallini dejó en claro que el sector no busca protecciones ni beneficios, sino competir en condiciones justas en un escenario global que, según denunció, está cargado de subsidios y distorsiones comerciales promovidas por otros países.
Desigualdad comercial: el talón de Aquiles
“No pedimos privilegios, no pedimos protección; queremos igualdad de condiciones para poder competir”, enfatizó Rappallini desde el escenario. Según el dirigente, las prácticas desleales como subsidios a la producción y exportación en otros países han puesto a la industria argentina en una situación de desventaja insostenible. “Es ante esta falta de igualdad que necesitamos una defensa activa del Estado”, añadió, instando a una acción inmediata para proteger al sector.
El titular de la conferencia también señaló que los problemas estructurales internos agravan la situación. Distorsiones macroeconómicas, políticas inestables y una falta de previsibilidad han frenado la inversión y dificultado el crecimiento productivo. “Cuando se rompieron los contratos, se destruyó la confianza para las inversiones en infraestructura que hoy tanto necesitamos”, sentenció.
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Consensos y cambios: las claves para el futuro
Rappallini criticó con dureza las políticas que han priorizado el gasto público y la burocracia en lugar del desarrollo privado. "Como sociedad, no generamos consensos para el crecimiento del sector privado. Solo acordamos expandir regulaciones e impuestos, que ahogan a las empresas”, aseguró.
Entre las propuestas para revertir esta realidad, destacó la necesidad de leyes específicas para las pymes, que reduzcan cargas tributarias y fomenten la inversión en el sector. Según Rappallini, sin un empresariado pujante no hay país que crezca.
Reivindicación del rol empresarial
En un tono emotivo, el presidente de la conferencia dedicó su cierre a reconocer a los empresarios industriales como actores clave en la construcción del país. “Somos sobrevivientes de cambios constantes. Generamos empleo, pagamos impuestos y sostenemos al Estado. Queremos respeto, como en los países donde se entiende el rol fundamental del empresariado”, afirmó.
Además, destacó que la industria aporta el 30% de la recaudación total y agrupa la mayor cantidad de empleos formales, reiterando el compromiso de los empresarios argentinos con el desarrollo nacional.
Un cierre con ironía y fuerza
Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina, también tomó la palabra para reforzar los reclamos. Con su característico tono irónico, desmintió las versiones sobre una baja participación en el evento. “Dicen que ‘nos vaciaron’. Estamos vacíos de algunas cosas, pero plenos de representación empresaria”, señaló, arrancando risas del público.
La Conferencia Industrial cerró su jornada inaugural con un claro mensaje: el empresariado argentino no solo enfrenta un contexto adverso, sino que está decidido a reclamar el lugar que le corresponde en la construcción del país.