Tras la severa crisis política y económica que se derivó en la renuncia de Martín Guzmán, y especialmente por el conflicto suscitado por el nombramiento de su sucesora, Silvina Batakis, las variables económicas se alteraron mucho más de lo que ya de por sí venían exhibiendo.
En ese contexto, en medio de una semana de furia, el dólar blue alcanzó un techo de 280 pesos, los títulos y acciones argentinos tuvieron bruscas caídas que rápidamente repercutieron en aumento de precios "por las dudas".
Una situación que se agrava aún más con las restricción de importaciones que podrían derivar en faltantes de productos básicos como el café, tal como se ha anunciado en los próximos meses.
En medio de esa incertidumbre y sin saber aún si la tormenta cesó o continuará, esta semana se conocerá el nuevo índice inflacionario correspondiente al mes de junio que mensualmente elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec).
Y sí bien en mayo el porcentaje inflacionario llegó al 5,1 y pese a que las ilusiones del Ejecutivo nacional iban en alcanzar un número similar, los últimos acontecimientos dan por hecho que esa cifra será igualada o incluso superada. Y lo que es peor, que cuando en agosto se conozca el valor de julio el índice sufra un nuevo salto, cercano incluso al 7%, lo que terminará de confirmar que estamos ante la inflación más alta de los últimos 30 años.
El próximo jueves 14 se develará esa incógnita y, en todo caso, se sabrá cuál es el grado de preocupación que en materia económica significa este segundo semestre que se presenta como más que complejo para Alberto Fernández.