Al nerviosismo que implica el salto de la cotización del dólar libre y la fuerte presión sobre las cotizaciones financieras se suma un dato que visto desde una perspectiva positiva puede resultar algo tranquilizador o, por el contrario, puede incrementar la tensión si la mirada predominante es más negativa.
En cualquier caso, lo concreto es que el precio que alcanzaron ayer la versión informal y financiera del dólar todavía está lejos de los valores que los analistas definen como “de pánico”. Se trata de los picos que alcanzó el billete, en términos reales, durante octubre de 2020,el máximo, y en julio del año pasado durante la crisis por la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía. En esos momentos, el dólar contado con liquidación, por ejemplo, alcanzó un precio equivalente a los $801 y $724 respectivamente. En cuanto al dólar libre, hace tres años, alcanzó en términos reales un precio de $860 mientras que en la crisis financiera de julio del año pasado, el precio equivalente a hoy es de $684, según datos actualizados del mercado.
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Esas cifras aportan dos posibles perspectivas: por un lado, si bien el salto abrupto del dólar siempre provoca tensión, se trata de una corrección dentro de lo esperable si se tiene en cuenta que hasta hace menos de un mes, las cotizaciones acumulaban cierto retraso respecto de la inflación -que ya se superó- y que en apenas 4 ruedas más se producirán las PASO, en un escenario de alta incertidumbre respecto al resultado y los posibles efectos del mismo.
“La brecha es un problema porque termina filtrando todo a precios y eso es lo que más preocupa. Pero que el dólar no se haya escapado antes es lo que más sorprende”, se sinceró una fuente oficial del área económica. La otra posible perspectiva es que, en un escenario todavía más tenso, el dólar todavía tiene mucho espacio para seguir subiendo. Combustible no falta. Con una mirada retrospectiva y focalizado en el contexto electoral, el informe semanal de Portfolio Personal Inversiones advirtió sobre la profundización de la brecha, que volvió a más de 110% al cierre de hoy mientras recrudecen las expectativas de devaluación.
El propio Banco Central parece validar esas expectativas: tras llevar el ritmo de devaluación de de 7% mensual a 11,5% en la primera semana de agosto, la autoridad monetaria inició la semana con un ritmo varios puntos superior: en la jornada de hoy aceleró la devaluación del tipo de cambio oficial a una velocidad de 14,6% mensualizada.”El BCRA aumentó hoy el tipo de cambio A3500 a un ritmo de 14,6% mensual, es decir 425,1% anual”, destacó el operador de Romano Group, Salvador Vitelli, cuya recopilación indica que el promedio de la última semana asciende entonces a 12.2% mientras que si se extiende a los últimos 15 días, la devaluación mensualizada llega a 9,5% y a 7,8% si se toma el promedio de los últimos dos meses (50 ruedas). De acuerdo al seguimiento del operador Gustavo Quintana, se trata de la suba diaria más pronunciada desde que asumió el Gobierno, con excepción de las ruedas post feriado.
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En ese marco, cuesta encontrar señales de calma para los próximos días. “No vemos factores relevantes que puedan calmar la presión dolarizadora en las ruedas de aquí a las PASO. El CCL ajustado por inflación argentina y americana puede ser exuberante para un triunfo de la oposición, pero hasta “barato” si el oficialismo sale competitivo de las PASO” analizó PPI, donde advirtieron que si se diera un escenario con el CCL acercándose a los niveles máximos, “la brecha treparía a por lo menos 150% y sería difícilmente administrable hasta fin de mandato”.