¿Cómo han influido los procesos electorales en el mercado en Argentina?
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¿Cómo han influido los procesos electorales en el mercado en Argentina?

Redacción
28/04/2021 18:29

Por Fernando Galante y Julieta Gomez / Chimpay Inversiones Eficientes


Siempre solemos escuchar que el mercado se anticipa y que se mueve por expectativas. Esas expectativas pueden ser en relación a medidas económicas, reportes de resultados de empresas, movimientos de la tasa de interés, y a varios factores más. Dentro de estos factores, el resultado de las elecciones es uno importante, más aún en países tan pendulares y personalistas como Argentina.

Una vez más nos encontramos en la antesala de un proceso electoral, en este caso legislativas, y volvemos a escuchar sobre la posibilidad de un “trade electoral”. Es decir, de invertir observando el resultado de las elecciones.

Aunque en el último tiempo se ha generado una complicación extra, y es que las encuestas han dejado de ser fiables para poder sacar conclusiones. Es así que, buscando otras herramientas, encontramos que un indicador que ha demostrado ser un buen predictor de los resultados de las elecciones es el Índice de Confianza al Consumidor (ICC). Se trata de una medida que elabora la Universidad Torcuato Di Tella a partir de una encuesta que incluye 6 preguntas sobre la situación económica personal y de la economía en general, y puede emplearse para anticipar el apoyo al gobierno de turno.

Si observamos el gráfico que se presenta a continuación, podemos analizar el comportamiento del índice ante los distintos procesos electorales en Argentina.

En 2003 resultó ganador de las elecciones Néstor Kirchner con índices de confianza al consumidor muy bajos, y que se revirtieron rápidamente por las expectativas de mejora, permitiendo lograr claros triunfos electorales para el oficialismo en las elecciones de 2005 y 2007.

Ya en 2009, los números de la economía no eran los que habían predominado en el primer gobierno kirchnerista. Con una inflación y un déficit fiscal en aumento, el índice de confianza cayó significativamente meses antes de las elecciones, dando como ganadora a la oposición en las legislativas a mediados de ese año.

Podemos ver una dinámica similar en las siguientes dos elecciones. Con un nivel de confianza al consumidor elevado en 2011, se anticipaba una nueva victoria del oficialismo, siendo Cristina Fernández reelegida con el 54,11% de los votos. En 2013, con la confianza cayendo a gran velocidad y tras la percepción de un cambio en la orientación del gobierno, los mercados presentaron tendencia al alza, concretándose la victoria opositora en las legislativas de dicho año.


Las elecciones de 2015 presentaron un escenario curioso, ya que el índice venía en franco ascenso, pero esto se debía a que el mercado descontaba un cambio de políticas luego de las elecciones. Así el índice de la bolsa local, S&P Merval, aumentó con fuerza.

Cambiemos logró llegar a las elecciones del 2017 con un índice de confianza en niveles elevados y que lo ayudó a llevarse una nueva victoria en esas elecciones de medio término.

Aunque poco le duró, ya que a partir de principios del 2018 el índice se desmoronó y fue la antesala de la dura derrota en las PASO presidenciales de agosto del 2019. Por otro lado, el mercado sufrió la peor caída desde el 2001, constituyendo la segunda mayor caída de la historia de todos los mercados del mundo, según datos de 94 países recopilados por Bloomberg en los 70 últimos años. ADRs y bonos cayeron hasta 59%, y el dólar saltó 23%.

En vistas de las próximas elecciones


Una vez más nos encontramos próximos a las elecciones de medio término, en un contexto de pandemia, con caída de los ingresos, elevada inflación y una brecha cambiaria que, si bien se ha mantenido estable, permanece en niveles elevados. Esto genera que el índice de confianza al consumidor se encuentre en caída y en valores bajos, cercanos al umbral mínimo que los oficialismos han necesitado para ganar elecciones en otras oportunidades.

Será muy importante seguir este indicador de cerca y su evolución a medida que nos acercamos a las elecciones, para ver cómo jugar el “trade electoral” en materia de inversiones.