Por Sergio Levinsky, desde Houston
De esta manera, pese a la pálida imagen que dejaron los campeones del mundo, avanzaron a la semifinal de la Copa América, en la que van a enfrentar el próximo martes 9 de julio al ganador del partido entre Venezuela y Canadá, que se disputará el viernes por la noche.
También los penales tuvieron su dramatismo porque comenzó ejecutándolos el equipo argentino, pero un Lionel Messi que no tuvo una buena noche, no lo pudo convertir y la pelota se fue desviada tras pegar en la parte superior del travesaño. Sin embargo, allí volvió a aparecer “Dibu” Martínez, para contener, de manera soberbia, los tiros de Ángel Mena y del joven Alan Minda, mientras que Julián Álvarez puso en ventaja a los albicelestes, que ya la mantuvieron hasta el final, con las conversiones de Mac Allister, Montiel y Otamendi.
Fue, sin lugar a dudas, la peor actuación de la selección argentina en la Copa América y ya la diferencia de un gol que se llevó al descanso en el primer tiempo, a través de Lisandro Martínez, parecía demasiado ante un equipo inconexo y poco creativo, que terminó marcando con una línea de cinco defensores y ni siquiera así le alcanzó para evitar los penales.
De hecho, Ecuador tuvo la chance de empatarlo a través de un penal, que premonitoriamente lo falló Enner Valencia, porque la pelota pegó en el palo derecho de Martínez, que se había jugado hacia el otro lado.
Los primeros veinticinco minutos, fueron, con total seguridad, los peores que la selección argentina jugó en esta Copa América. Un equipo desarticulado atrás y sin respuestas en el ataque, con un Messi muy limitado por sus problemas físicos y bien rodeado por el poblado mediocampo ecuatoriano, y un Enzo Fernández que todavía no está a punto, mientras que, arriba, Nicolás González no lograba terminar las acciones.
Por si faltaba poco, lo que siempre dio mayores garantías, la defensa central, esta vez comenzó demasiado en línea, y eso facilitó algunas incursiones como la de Moisés Caicedo, que se iba directo al gol y ante su falta de oficio como delantero, fue molestado desde atrás cuando iba a rematar, y ocho minutos más tarde, a los catorce, apareció “Dibu” Martínez, para tapar de manera impresionante un mano a mano con Jeremy Sarmiento, uno de los mejores jugadores del partido. Dos minutos más tarde fue el lateral derecho Ángelo Preciado quien no pudo rematar bien en el área chica argentino después de un muy buen centro atrás de Enner Valencia.
Hasta los 25 minutos, no se entendía cuál era el planteo argentino. Ecuador salió al campo con un esperable 4-1-4-1, con Carlos Gruezo por delante de la defensa y por detrás de Alan Franco, Moisés Caicedo, el citado Sarmiento y el joven Kendry Páez y parecía mucho más ordenado y claro que una Argentina desconectada.
Pero de a poco, el equipo albiceleste comenzó a ajustar la marca, se adelantó unos metros y comenzó a notarse la diferencia. Enzo Fernández conectó a los 27 minutos un centro desde la derecha de Nahuel Molina, otra vez Fernández tardó mucho en rematar a los 34 cuando tenía pase para los costados con superioridad numérica hasta que un minuto más tarde llegó el gol tras un córner de Messi desde la derecha que alcanzó a peinar Mac Allister en el primer palo, y Lisandro Martínez, solo por el segundo palo, conectó hacia el gol.
Ecuador sintió el efecto del tanto y ya no fue el que era, aunque intentó adelantarse, con un equipo argentino que, sin haber jugado bien, ya controlaba psicológicamente las acciones.
El segundo tiempo siguió de la misma forma. Ecuador apenas si adelantó sus líneas y Argentina no encontraba respuestas para el contragolpe cuando a los 14 minutos, el árbitro uruguayo Andrés Matonte (de discreta actuación) no tuvo dudas en cobrar un penal para Ecuador por mano de Rodrigo de Paul, pero el veterano Valencia desaprovechóla oportunidad con su remate al palo.
Lionel Scaloni hizo entrar, entonces, a Julián Álvarez por Lautaro Martínez, seguramente con la intención de que el ingresado se sacrificara como primera línea de marca, pero todo siguió igual, hasta que faltando catorce minutos, el entrenador catalán de Ecuador Félix Sánchez Bas decidió arriesgar al colocar a sus delanteros Kevin Rodríguez y Alan Minda, rompiendo la línea de cinco volantes. Su par argentino decidió responder haciendo ingresar a Nicolás Otamendi por Lisandro Martínez, cerró a Nicolás Tagliafico y Nicolás González pasó a ser el quinto defensor, pero tampoco consiguió frenar los embates rivales, cada vez con más delanteros, hasta que sobre la hora llegó el empate por Yeboah, que forzaron los penales.
La selección argentina pudo eludir este obstáculo, pero es claro que jugando así, las chances de ser campeón se irán alejando. Deberá mejorar mucho si quiere dar otra vuelta olímpica el 14 de julio en Miami.