Esos potreros de tierra en Argentina que se embarraban con la lluvia cambiaron su fisonomía con esta obra. Es que al barro se lo asocia muchas veces desde el lado negativo porque ensucia o frena la marcha, pero muy distinto es el de potrero, porque en Argentina va de la mano de la magia, la improvisación, el desparpajo, la esencia del fútbol y la identidad añeja, que son los valores a los que se aferró López para hacer sus retratos de los dos máximos héroes del seleccionado nacional.
En diálogo con Télam "Coqui" López explicó que el retrato de Maradona nació porque atraviesa su generación. "Diego es el mito, el de la gente, el Pelusa, el Barrilete Cósmico, ese de la zurda inmortal que se nos mete en el corazón con su gambeta endiablada. Pero también para ser aquel pibe de barrio rebelde que llega a las más altas torres de Europa y a los más lujosos mármoles, donde deja su pisada de barro de potrero, su barro de Villa Fiorito, su huella inmortal".
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"Y en cuanto a la obra sobre Messi, la hice porque es un genio y en Argentina no era visto como tal. Se lo castigaba, se lo discutía, se lo menospreciaba. Los medios de comunicación fueron construyendo una negatividad sobre él, sobre Ángel Di María, sobre la selección, y como siempre pasa, después eso repercute en la gente, que se indigna cuando las cosas no salen bien", indicó.
"Para mí era una locura que se juzgara a un genio tan ligeramente. No todos los días uno tiene la posibilidad de ver a alguien así, porque el fútbol ha dado grandes jugadores, pero genios fueron pocos, y él lo es por excelencia. Le hice ese retrato por la profunda admiración y respeto que le tengo", destacó López por su obra en pagos rosarinos.