De repente, el fútbol argentino pasa a estar en el centro de las sospechas, las elucubraciones más rebuscadas, las agresiones a través de las redes sociales como si fuera la corporización de lo siniestro y el enemigo número uno como en los viejos westerns cinematográficos.
Por onda expansiva, a Messi se lo pone en un lugar de desvalorización sin tener en cuenta que, a sus 37 años, aún sigue generando más hechos futbolísticos positivos que muchas figuras surgentes que están lejos de ser consideradas como cracks.
Ahora, el escandaloso y bochornoso affaire en París 2024 con el insólito fallo en contra de la Selección y a favor de Marruecos -105' luego de terminado el partido- parece propio de una provocación para que Argentina hubiese reaccionado en modo belicoso y luego se la mostrase como ejemplo de "prepotencia sudaca".
¿Qué les pasa a determinados sectores europeos, tan proclives a juzgar moralmente como dueños de la verdad y sobre todo a los franceses?
¿O acaso no hay actitudes racistas cuando se limpió a infinidad de "sin techo" y se los corrió de la "Ciudad Luz" para que no se los viese durante los juegos olímpicos? ¿Eso no es una actitud discriminatoria?
La albiceleste viene de vencer en fila a Italia (3-0 en la Finalissima), Polonia (2-0 en Qatar), Países Bajos (por penales; Qatar), Croacia (3-0 en Qatar) y Francia (por penales; Qatar) en cinco partidos oficiales en 2022.
¿Tanto les cuesta reconocer que Europa no es invencible?
¿O no será que, como reza el dicho: "se odia lo que se teme" ?
¿O cómo justifican que las bombas de estruendo e invasión de hinchas marroquíes no hayan sido penadas como corresponde?
¿Qué hubiese pasado si esto ocurría a la inversa? Muy probablemente se hubiesen referido despectivamente como ejemplo natural de tercermundismo.
Sépanlo: "el Sur también existe".