Para el clásico, y con el objetivo de no desgastar a sus futbolistas pensando en la final de la Copa Argentina, Sebastián Battaglia metió siete cambios y el ingreso del juvenil Agustín Sández sería importante para la definición del partido, sobre todo en el primer tiempo, cuando el rojo recargó por allí el juego, entre Alan Velasco y Andrés Roa, quienes lo complicaron de continuo.
De hecho por allí llegó el desborde y el centro para el cabezazo goleador del también retornado volante uruguayo de apenas 23 años, Carlos Benavídez, antes de los 20 minutos de esa etapa inicial, cuando entre él y Domingo Blanco se habían apropiado de la mitad de la cancha ante la falta de marca de los volantes boquenses.
Sin embargo para la segunda parte Battaglia interpretó que a Boca no le hacía falta marca en el medio sino una diferente cuota de fútbol, reemplazando al más dinámico Almendra, que estaba amonestado, por el más cansino Edwin Cardona, al tiempo que apostó por Luis Vázquez como centrodelantero y sacó a Pavón para que Briasco se tirara sobre el lateral izquierdo.
Todo esto ocurrió exactamente sobre el cuarto de hora del complemento, pero en principio parecieron dos variantes a pedir de Independiente, ya que Fabricio Bustos, de buen primer tiempo como su colega en el lateral derecho de enfrente, Luis Advíncula, tuvo menos dificultades para soltarse porque Briasco no es un puntero natural y tiene mucha menos velocidad que Pavón.
Por eso Battaglia esperó 15 minutos más y cuando vio que con eso no pasaba nada, realizó otros tres cambios juntos ingresando los colombianos Sebastián Villa y Fabra, además de Juan Ramírez. Pero cuando Boca tenía todo para presionar en los minutos finales, una irresponsabilidad de su capitán, Carlos Izquierdoz, que le aplicó sin pelota un codazo en el estómago a Andrés Roa, obligó a Pablo Echavarría le mostrara la tarjeta roja, aunque en principio no lo había advertido y solamente lo iba a amonestar.
Pero la intervención del árbitro asistente Lucas Germanotta y el cuarto árbitro, Yael Falcón Pérez, le aclararon el panorama al juez, que terminó expulsando al defensor xeneize. E inclusive ya en descuento también se hizo acreedor a otra expulsión Varela, de gran partido, por interrumpir una acción manifiesta de gol, pero Echavarría le perdonó la vida.
Independiente le ganó a un Boca y quedó a tres puntos de Estudiantes, que es el primero en estar clasificando a la Sudamericana y por ende está más cerca de la Libertadores. Una Copa a la que después de esta derrota igual Boca puede acceder si River sale campeón mañana, ya que tiene un punto más que el "Pincha" en la Tabla Anual.