Por Sergio Levinsky, desde Houston
El partido se jugará a las 22 horas de la Argentina (20 horas de Houston) en el NRG Stadium, con capacidad para 72.220 espectadores, que seguramente estará repleto porque a esta Copa América le queda como ícono más importante el de Messi y la selección argentina, eliminados ya en la fase de grupos los dos equipos que, junto con el argentino, podían arrastrar más público, el local Estados Unidos y la otra potencia norteamericana desde lo institucional, mediático y deportivo, el conjunto mexicano.
En la conferencia de prensa previa, que se realiza tradicionalmente el llamado “día menos uno”, el entrenador argentino Lionel Scaloni, que regresa al banco de suplentes luego de la suspensión por un partido por llegar tarde al segundo tiempo ante Chile, no quiso dar el equipo titular y hasta abrió la puerta a la chance de que los dos delanteros de punta que hasta ahora peleaban por el puesto de atacante central, Lautaro Martínez y Julián Álvarez, puedan ser de la partida juntos, lo cual significaría que es Messi el que no estaría entre los once por no estar recuperado al cien por ciento.
Scaloni dijo que hablaría con el capitán argentino antes del último entrenamiento, posterior a la conferencia de prensa, para saber fehacientemente en qué condiciones físicas se encontraba, pero esa clase de información se suele encerrar bajo siete llaves y ni siquiera se la dan a conocer al plantel hasta último momento.
Por el momento, la selección argentina se ha movido con cierta comodidad en la actual Copa América: sin goles en contra en la fase de grupos, aunque su excepcional arquero Emiliano “Dibu” Martínez apareció las pocas veces que fue requerido, el mayor déficit parece pasar por los laterales, algo endebles en la marca, y el la lentitud tanto en la salida de los centrales como en su siguiente paso, cuando la pelota llega al volante central, Leandro Paredes, algo que ya se vivió en el debut mundialista ante Arabia Saudita.
Si bien el mediocampo siempre fue una garantía por el buen pie de sus integrantes, ninguno de ellos pasa por un momento brillante, aunque tampoco nadie desentonó, pero se supone que ante ecuador, un viejo conocido rival al que este equipo enfrentó ya dos veces en un año y medio, y en ambos casos, los albicelestes vencieron ajustadamente por 1-0, una de esas ocasiones correspondió a la clasificación mundialista para 2026 y la otra, el pasado 9 de junio en un amistoso preparatorio para la actual Copa América.
La selección ecuatoriana ya ha probado con creces que no es un rival fácil. Pese a que su entrenador catalán Félix Sánchez Bas (formado en La Masía del Barcelona y que ya tuvo a su cargo en el Mundial al plantel de Qatar, con el que enfrentó a Argentina en la Copa América 2019 como invitado) parece estar a punto de salir de su cargo por no comulgar con la prensa y con una parte del público, pudo armar una estructura sólida que, por ejemplo, logró resistir los embates mexicanos en el último partido de la fase de grupos, cuando el, empate le favorecía para clasificarse.
Por lo general, se trata de jugadores altos, fornidos y veloces, que ahora sumaron a algunas probables figuras del futuro como Kendry Páez o Alan Minda, y resulta algo extraño que no sean muchos los protagonistas de aquel equipo que fue tercero en el Mundial sub-20 de 2019 en Polonia, con el gran trabajo en la dirección técnica del argentino Jorge Célico.
En cambio, mantiene a jugadores de la talla de Moisés Caicedo -hoy, gran figura en el Chelsea- o el lateral Ángelo Preciado, así como su delantero de referencia, Enner Valencia. Es un equipo capaz de provocar daños importantes si mantiene la pelota o si la administra con criterio. Sobre el final del partido ante México por la fase de grupos, al entrenador Sánchez Bas no le gustaba el ida y vuelta que podía dejarlo afuera del torneo y entonces recurrió a dos volantes con mucha experiencia como Carlos Gruezo (que jugó años en la Bundesliga) o Àngel Mena para apaciguar el juego, con buenos resultados.
Esto no significa que la selección argentina no le pueda ganar y al contrario, es la candidata por presente, historia y calidad de sus jugadores, y acaso con más presión y un nivel de exigencia más alto, por fin aparezca el cambio de ritmo ausente en lo que va de juego de esta Copa.