Atlético de Madrid sufrió su primera derrota de la temporada en la Liga de Campeones a manos del Liverpool (2-3) en un partido digno de la mejor competición del mundo y que tuvo todos los ingredientes posibles: penales, actuación del VAR, un doblete de Griezmann y la expulsión del francés, que condicionó todo el choque con una acción desafortunada al comienzo de la segunda parte
El equipo de Simeone tuvo que afrontar una noche cuesta arriba, sobre todo por cómo arrancó, pero reaccionó a las mil maravillas en la media hora final del primer acto e incluso buscó la portería rival siendo un jugador menos. La inferioridad numérica fue un espaldarazo para los ‘reds’, que ganaron por inercia -sigue invictos este curso- con un penalti muy riguroso.
Los de Jurgen Klopp se pusieron por delante con un golazo de Mohamed Salah, que aprovechó hasta tres quiebros con su cadera para despachar a la zaga colchonera y lograr el 0-1. Para suerte del egipcio, que es el jugador con mejor racha anotadora -nueve partidos seguidos- en la historia del club, su disparo lo rozó Milner y terminó de despistar a un dormido Oblak.
Pero lo peor para los colchoneros no fue ese mazazo, fue el que llegó después, a los cinco minutos, merced a un voleón de Keita que reventó la redes. El mal despeje de Felipe dio alas a los ingleses, que dominaron a su gusto -más por el marcador- que por su habitual juego de ‘rock and roll’. La noche exigía mucho más de los locales y acabó llegando.
Griezmann fue quien desperdició un mano a mano clarísimo, pero tuvo su primera gran noche -desde que volvió a Madrid- gracias a la media hora final, una actuación apoteósica que culminó con dos golazos. El primero fue más de pícaro, metiendo la bota a un disparo raso de Koke, y el segundo ajustando el cuero al palo más alejado tras una asistencia exquisita de Joao Félix.
Sin embargo, el guión cambió de la noche al día a los cuatro minutos de la reanudación. Griezmann peleó un balón con Firmino y elevó el pie hasta su cabeza ganándose la consecuente tarjeta roja. El francés casi ni protestó, todo lo contrario que sus compañeros, que eran conscientes de la dificultad de la empresa siendo un guerrero menos.
Cuatro cambios de golpe, entre ellos Suárez, Correa y Llorente para ir a por el partido, pero un inocente penalti de Hermoso impidió ejecutar el plan. El árbitro no dudó y Salah, con mucha sangre fría, marcó el definitivo 2-3 a falta de 15 minutos para el final. No podían pasar más cosas, o eso pensaba el colchonero, que todavía pudo ilusionarse en los diez minutos finales.
Una jugada de Diego Jota sobre Giménez fue señalada como penal a favor del Atlético, pero el VAR corrigió al colegiado alemán. Su decisión dejó al campeón español sin premio y con la primera derrota europea de la temporada. Sin embargo, los de Simeone seguirán en la segunda posición, eso sí, con 4 puntos, los mismos que el Oporto y muy lejos de su verdugo este martes.