La creativa Cecilia Schneiter, acompañada por Tiziana Avila, participa de la experiencia "Memoria y Miradas de Mendoza" que se desarrolla junto a doce artistas más en la Cava de Arte "Santa Julia".
En un alto de la inauguración del encuentro, bajo la organización de la jefa de eventos Julia Zuccardi y la curaduría de Pupi Agüero, la artista plástica dejó sus impresiones y reflexiones alrededor de lo que le significa el arte en el sentido pleno y genuino del término.
- ¿Cómo se te ocurrió la concreción de "Mujer con uvas" y en qué momento? ¿Por qué y qué es lo que representa?
- Pupi me convoca para participar de esta muestra colectiva que era en relación a Mendoza y la Vendimia. En mi obra suelo trabajar mujeres y también con una impronta expresiva que yo tengo, del lado del expresionismo. La idea era representar a una mujer en plena cosecha, en donde tiene un gesto de picardía y de disfrute de esta actividad y un poco representa eso: la celebración y la alegría de lo que es la cosecha y de lo que es vivir en Mendoza. Y sin dejar de lado toda la parte expresionista, bien visceral, que es lo que busco.
- ¿Se rompe, quizás, con el preconcepto y el estereotipo de que una mujer trabajadora no puede disfrutar de su propia labor?
- Es que estamos en un momento justo con la llegada de la vendimia y es un poco romper el molde de la mujer "trabajadora", porque esta es una mujer que está disfrutando el trabajo. En realidad, va unido a un concepto que yo también trabajo en el cuerpo que es el disfrute y su propio goce. Entonces me parecía muy lindo que esto del trabajo fuera un goce para ella, algo que también trae placer y satisfacción. Guardo como algunos secretos de esa mujer, en su mirada, en sus gestos, en su sonrisa y eso me pareció como la introducción a algo muy especial en su mundo, que es muy especial.
- ¿Cuándo, cómo y de qué manera resultó tu introducción en el ámbito del arte plástico?
- Siempre estuve vinculada al arte y fue desde pequeña, como casi todos los artistas.
- ¿A qué lo atribuís?
- A que los pequeños descubren esta necesidad de hacer algo, de crear imagen a través del dibujo y de la pintura. No cursé algo académico como Bellas Artes, pero sí transcurrí con muchísima formación en talleres, tanto en Mendoza como en Buenos Aires, especialmente. Y, por suerte, desde 2015/2016 me pude dedicar completamente a esto; esa ha sido mi historia y mi obra es esencialmente pictórica.
- ¿Sin experimentar otras modalidades artísticas?
- También acudo mucho al dibujo y al grabado para apoyarme y para expandirme, pero sobre todo es pictórica.
- ¿Qué términos utilizarías si tuvieses que definir tu vínculo con el arte?
- Necesidad y trinchera.
- Dos palabras sin duda contundentes... ¿por qué necesidad y por qué trincheras?
- Necesidad porque es algo que pulsa permanentemente y es muy posible correrse de ese lugar. Es algo que una se levanta y es tan vital como comer, tomar agua, dormir...
- Utilizaste la palabra "pulsa", ¿por qué?
- Esa palabra me define mucho. Es como que esa palabra necesita salir y estar todos los días...
- ¿Y la palabra trinchera?
- Trinchera porque es un lugar donde una puede amortiguar muchas cosas que las personas sensibles sienten. Es como un resguardo de trinchera, donde una puede resguardarse del afuera y después sale...pero mantiene ese resguardo.
- Quizás porque el arte sostiene esa fuerza propia que le permite auto resignificarse, aún en momentos donde el hecho artístico está cuestionado.
- Totalmente, sí. El arte siempre ha sido cuestionado. No creo que haya momento en el cual no haya sido cuestionado. Hay momentos donde es más cuestionado, sobre todo si es disruptivo, pero genera esta posibilidad de auto sanarse y de auto generarse un espacio de resguardo, pero no por cosas gravísimas sino por el mismo sentir.