Como artista plástica, Vanina Siragusa presenta cuatro obras en la sala de Arte del Instituto Nacional de Vitivinicultura, sita en San Martín 430, Ciudad, y su trabajo artístico conduce a la amalgama entre ficción y realidad, con la mirada en que quien se sitúe frente a sus creaciones pueda completar el sentido de estos trabajos que hacen eje en la mitología con puntos de contacto vinculados a lo cotidiano del hoy.
- ¿De qué manera trazaste esas líneas que motivan a que cada persona espectadora saque sus propias conclusiones?
-Aquí estoy presentando cuatro obras que trabajan en dúo y la idea es que aquellas personas que se paren frente a éstas puedan completar el significado y de la manera que les parezca.
- ¿Qué explicación darías al respecto?
- Para la primera me inspiré en los personajes mitológicos de la mitología griega que tienen que ver con el inconsciente colectivo, que en la sociedad es algo que está permanentemente vigente. En este caso, tomé a Hades, que sería el rey del inframundo, en la tierra de los no vivos, y yo lo he tomado como los muertos sociales, de alguna manera.
- ¿Cómo explicarías el concepto de "muertos sociales"?
- Sería toda esa gente que está en la marginalidad…y a la marginalidad no solamente llegó por una cuestión económica sino por diferentes causas, que tienen que ver con herramientas de las que carece.
- ¿Por ejemplo?
-Pueden ser por una discapacidad, por una manera de pensar...puede ser por justamente la cuestión económica que no te permite acceder a otras cosas y entonces asoma esta cuestión de la marginalidad, que se genera socialmente, que existe…
- Y entonces, ¿qué?
- Esto hace que naturalmente se cree un nuevo orden social, que es un orden anárquico y que es la única manera de tener una subsistencia, digamos, que está dentro de la marginalidad.
- ¿Qué le agregarías a este concepto?
- También está presente Cancerbero, como un personaje que custodia esto y que lo que hace es que los que están abajo no puedan subir y que los que están arriba, tampoco se mantengan. Porque siempre hay, quien pretende que las cosas le sigan así.
- ¿Cómo los denominaste y por qué motivo?
- El primero se llama “Hades reinando en el reino de los no vivos”, que serían estos muertos sociales. En el segundo es donde se crea este orden anárquico y a medida que se va profundizando se pierde la identidad del ser humano, también. Por eso la figura va desde la luz, con más detalle, hasta desvanecerse.
- En una palabra, estás trabajando desde la mitología pero adaptada a los tiempos contemporáneos.
- Exactamente, me he basado en eso porque me parece que la mitología toma estos personajes con cuestiones que son humanas, inherentes al ser humano, con cuestiones que han sido desde siempre…es atemporal por eso. Son cosas que existieron y existirán.
- ¿Cuál es el límite entre lo que vos creás y lo que el espectador interpreta?
- Yo lo que hago es mostrar mi punto de vista, pero no dando una respuesta al respecto, sino tratando de generar en el otro un interrogante y que vos puedas pararte frente a la obra y cuestionarte ciertas cosas que te lleven a la reflexión. Y también he tratado de hacer una cuestión de figuración crítica respecto de la mirada que yo tengo de la vida.
- Se rompe el estereotipo del artista disociado de la realidad, entonces...y sobre todo porque de tus palabras se capta mucho compromiso social.
- Sí, me guío mucho por lo que me pasa y por lo que veo. De hecho, primero tengo las ideas y luego las llevo…en este caso, a la madera.
- ¿Qué explicación le das a tus otros trabajos?
- Y, en el segundo vengo siguiendo con esta línea y se trata de Afrodita, que es, justamente, el ideal de belleza y del ideal de la sensualidad…y yo hablo de esa belleza mutante porque verdaderamente es así: la belleza no es algo estático ni diferente. Según la cultura, según la edad, según los tiempos que corren, la belleza cambia y es totalmente diferente…y no solo culturalmente, sino que también cambia con el ojo del espectador y la percepción que cada uno tiene de lo mismo.
- ¿Eso es lo que implica lo que denominás trabajar en dúo?
- Sí, y por eso también trabajan en dúo esos dos cuadros; en este Afrodita y esa mutante, ya habla de eso. Es más, en África, las mujeres cuello de jirafa, las japonesas de los pies muy pequeños y deformados, pero que son símbolo de belleza, muchas cosas que fueron mutando a través del tiempo…las primeras Venus. Y en el segundo está ese reflejo de perceptivo, por eso es el segundo cuadro vendría a ser la imagen de Afrodita reflejada pero no como un ente visible, sino como un ente que existe en el imaginario de cada uno y en la percepción individual. Y está ese de espejos rotos, porque no siempre la realidad se condice con lo que nos percibimos, digamos. Y sobre eso hay unas transparencias que hacen que si vos te ponés frente a la obra puedas ver tu propia imagen con ciertas distorsiones. Más o menos de eso trata la obra.
- Se nota cómo apoyás tus obras visuales con conceptos precisos a través de la palabra, además.
- Y, a veces, es difícil transmitirlo porque a una se le pasan las cosas por la cabeza y llevarlo a que otro lo entienda es complicado, pero está bueno que cada uno lo haga. De hecho, esta obra yo quería que fuera una obra mutante…con otro paso después que va a hacer que el propio espectador, cuando vos te pongas frente a la obra, perciba en estas dos palabras “belleza” y “mutación”, lo que a vos te genere al escribirlo sobre la obra y que la misma obra pueda ir cambiando.
- ¿La resignificación desde el ojo del espectador, entonces?
- De por sí, la obra muta una vez que vos la percibís, una vez que vos la mirás…y la meta está en que la obra sea el reflejo de lo que vos querés. Pero la idea era que la obra permita un pasito más allá y que la gente pueda intervenir y, en definitiva, vea cómo la obra muta en vivo. Eso es lo que vale.
Entrevista y edición periodística: Fabián Galdi