Como parte del tradicional apoyo que realiza Bodega Santa Julia al arte plástico realizado por artistas de Mendoza, este pasado sábado 2 de abril se inauguró la muestra de Laura Valdivieso y Miguel Gandolfo, dos talentos jóvenes que ganan reconocimiento a través de exposiciones en nuestro medio de sus respectivas creaciones.
Este por demás sugerente itinerario visual permitirá que cada visitante pueda descubrir parte de la escena del arte actual mendocino.
Con la presencia de Julia Zuccardi, responsable de la Cava de Arte, y de Pupi Agüero, curadora, además de José Zuccardi como anfitrión, una concurrencia nutrida participó del encuentro y estuvo en contacto directo con ambas personalidades del ambiente artístico local.
Respecto de sus fichas personales, cabe consignar que Valdivieso estudió Artes Visuales en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo. Continuó su formación especializándose en Historia del Arte Argentino y en Estética contemporánea. Paralelamente inició y, continúa, un trabajo de investigación y archivo de Historia del Arte de Mendoza. Ha integrado grupos de gestión independiente desde 2006, y también fue directora del Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza desde 2011 hasta 2016 y se desempeñó como docente en la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video. Escribe sobre arte mendocino desde 1998: sus publicaciones incluyen más de cien catálogos de exposiciones, revistas especializadas locales y nacionales y diarios de Mendoza y Buenos Aires (Página 12). Expone regularmente desde 2005 e integra la colección del MACRO (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario) y colecciones privadas.
En tanto, vale puntualizar que Gandolfo aprendió el oficio de carpintero en el seno de su familia. Desde niño mostró interés por el arte. Hizo sus primeros pasos en la Escuela Dominical de Dibujo y Pintura al Aire Libre, bajo la tutela de Rosa Arturo. Continuó su formación en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, donde se graduó con especialidad en escultura. En 1996 abrió su taller ubicado en El Bermejo, en el marco de la Asociación para la Radicación de Artistas y Artesanos de El Bermejo, El Sauce y Colonia Segovia, proyecto liderado por Luis Quesada. Allí comenzó a desarrollar en forma paralela y continua la producción de muebles y esculturas. Como artista tiene una importante trayectoria que lo ha constituido en un referente del arte contemporáneo argentino. Sus obras integran colecciones nacionales e internacionales. Es un referente en el campo de mobiliario para bodegas en Mendoza desde 2000.
“Esta exposición reúne un conjunto de obras que produje en los últimos 15 años. Al revisarlo, encuentro algunos hilos conductores que reaparecen. Uno podría ser el propósito de ficcionar lo preciso, lo que asumo, antes de empezar, como una búsqueda infructuosa. Esto quiere decir que busco hacer cosas precisas pero con herramientas rudimentarias, con el objetivo de no alcanzar la precisión pura. Es medio paradójico, pero va por ahí. Mi trabajo no tiene que ver con lo narrativo, nunca cuento historias, sino estados, sensaciones. Otro elemento puede ser una geometría latente, mínima, que por momentos se recarga y se vuelve barroca. También me gustan mucho los materiales y tengo fascinación por las cosas en su estado natural: mármol, yeso, cobre, papel, lo que sea. Mi formación de escultora ha marcado mi trabajo. Lo que ha cambiado con el tiempo es que cada vez veo más claramente mi búsqueda conceptual y los procesos para materializarla en imágenes. He ido abandonando algunas dudas y tensiones en relación con cuánto necesita una obra para ser tal”, expresó Laura.
“Trabajo de carpintero para ganar el dinero que me permite cubrir las necesidades y proyectos, míos y de mi familia. Tengo una familia que le da sentido a los esfuerzos y los sueños de todos los días.Tengo amigos que me ayudan a recordar lo que soy, lo que fui y de dónde vengo. Tengo referentes que me hacen ver los frutos de las buenas acciones.Y tengo al arte que me pone en otro lado, en mi mejor lado. Y aquí, para ser justo, tengo que hacer un reconocimiento al oficio, que me dio las herramientas para ayudar al artista. Yo no hago talla, ni trabajo con motosierra sino que aplico técnicas de la carpintería y genero una construcción geométrica. De ahí que mis piezas tienen el carácter, aunque no la forma, de un mueble. En este conjunto de obras policromadas, el color se ajusta a las reglas constructivas, pero propone un sistema de relaciones”, destacó Miguel.