Cheval des Andes presenta su cosecha 2020
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Cheval des Andes presenta su cosecha 2020

Como cada año, en el mes de septiembre, el Grand Cru de Los Andes presenta su nueva añada, que une el presente y el pasado de Cheval des Andes.
Redacción
28/09/2023 11:26

Cheval des Andes presenta la cosecha 2020 en el mercado argentino. Un vino único que año a año es fiel a la filosofía de “Cru”, es decir, a la utilización de uva proveniente de sus fincas propias en Mendoza, ubicadas en Las Compuertas, en Lujan de Cuyo, y en Paraje Altamira, en Valle de Uco. Para la cosecha 2020 se encontró el equilibrio perfecto de Malbec- Cabernet Sauvignon con el 49% de cada una de esas variedades, y tras 3 años de ausencia, un 2% de Petit Verdot que aporta notas de frescura, fruta y especias como la pimienta blanca, tan representativa de este vino.

Cheval des Andes año a año busca reflejar la impronta de las características climáticas de la temporada y realzar en su ADN la frescura natural, elegancia y la posibilidad de guardar este vino por largos años en grandes Cavas, teniendo gratas sorpresas al momento de disfrutarlo.

La vendimia 2020 en particular estuvo colmada de condiciones de calor extremo. El manejo de canopia y riego fue primordial para lograr elaborar un vino que corresponda con la identidad del Grand Cru de los Andes, convirtiéndose en la vendimia más precoz de Cheval des Andes. La recolección de bayas comenzó el día 27 de febrero extendiéndose al 14 de marzo con el fin de preservar al máximo la calidad e integridad de los racimos. Fue la primera vendimia donde la colecta fue realizada y transportada a la bodega directamente en camiones refrigerados.

“La cosecha 2020 quedará grabada en nuestra memoria como la vendimia en la cual nuestra vida cambió de repente, debimos adaptarnos a nuevas condiciones sociales, así como también en el viñedo y sobre todo en bodega, sumado a las características extremas de esta añada, fue realmente un gran desafío”, manifestó Gerald Gabillet, Estate Manager y Head Winemaker de Cheval des Andes.

En cuanto a la vinificación, el objetivo fue destacar y preservar al abanico aromático representativo de esta cosecha que se basa esencialmente en notas de fruta negra y sotobosque. Como es propio del estilo, su elaboración fue realizada de la forma más respetuosa posible, buscando extraer de forma suave con el fin de garantizar la pureza y la frescura del producto final. Para esta vendimia la sala de barricas estuvo compuesta por un 80% de roble francés y un 20% triple austriaco, esloveno y alemán. La guarda se realizó, 40% en barricas de 225 lts, 40% de 400 lts y 20% en foudres de 2500 litros, en los cuales el 50 % del roble fue nuevo.

Cheval des Andes 2020 se podrá encontrar en las mejores vinotecas y restaurantes más exclusivos del país a un precio sugerido de $50.500

Sobre Cheval des Andes

La historia de Cheval des Andes comenzó hace 24 años. En sus orígenes se encuentra la bodega argentina Terrazas de los Andes, una de las pioneras en la elaboración de vinos de Mendoza. Pierre Lurton, Gerente General de Cheval Blanc, estudió los terroirs de Las Compuertas con Roberto de la Mota y tuvo la ingeniosa idea de combinar la experiencia de Cheval Blanc con la expresión más pura y original del Malbec, reina de las variedades de uva argentinas.

Aquí radica el comienzo de este enfoque único y original. Concebida en 1999, Cheval des Andes ha heredado 200 años de experiencia en el arte del blending de Cheval Blanc. Sin duda, esta visión de la enología es completamente inusual ya que combina dos terroirs muy diferentes junto con dos variedades de uva legendarias y un deseo de crear complejidad a partir de la diversidad. Hoy, la visión de viticultores comprometidos se plasmó después de 20 años de cuidado diario de estos exclusivos viñedos que, actualmente, producen un genuino Grand Cru de los Andes.

El tiempo es un aliado para el buen vino y le permite lograr elegancia, alcanzar la perfección y, a la vez, conservar el orgullo de sus raíces. A medida que esta visión se va logrando, se perfilan los rasgos; frescura, equilibrio y complejidad se convierten en los pilares de Cheval des Andes.

Su estilo se vuelve elegante, el blending se perfecciona y el vino promete un buen añejamiento.

De doble procedencia, Francia y Argentina, Cheval des Andes también es un producto de los dos viñedos que conforman su propiedad.

La altitud, la topografía y los suelos formados por la erosión de la cordillera de los Andes son muy diferentes y aportan la complejidad del vino que es su sello distintivo. Un único vino se produce a partir de dos terroirs inusuales y excepcionales que se extienden a lo largo de 47 hectáreas. El resultado es su exclusividad y complejidad.

Los viñedos de Las Compuertas son el sitio histórico de Cheval des Andes. Ubicado a 1070 metros sobre el nivel del mar, este viñedo es el más alto sobre la orilla derecha del río Mendoza, en el departamento de Luján de Cuyo. Las antiguas vides de Malbec plantadas con sus propias raíces en 1929 crecen aquí y producen vinos complejos, expresivos y suaves. Después de un tiempo, se plantó Cabernet Sauvignon y se regó mediante el método preciso de riego por goteo. Este es un viñedo de 32 hectáreas con un clima excepcionalmente seco (un promedio anual de lluvia de 200 mm). Gracias a la altitud, el clima es más frío con una variación diurna significativa. Los profundos suelos franco-aluvionales están formados, principalmente, por piedra caliza (48 %), arena (36 %) y arcilla (16 %). Más al sur, en La Consulta, en el Valle de Uco, se alza el viñedo de Altamira a 1150 metros sobre el nivel del mar. Aquí el clima es más frío y las 14 hectáreas completan el mosaico de los terroirs de Cheval des Andes. Está compuesto principalmente por Malbec plantado en 1945. La amplitud térmica es mayor aquí que en el norte. Estos viñedos producen uvas con taninos de buena calidad, más frescura y notas florales. Los suelos aluvionales están compuestos por arena (60 %), piedra caliza (30 %) y arcilla (10 %). La composición del suelo favorece el drenaje natural que beneficia a las viñas.

Cheval des Andes es un blend de dos variedades clásicas de uva: Malbec y Cabernet Sauvignon y, como tal, se destaca de la mayoría de los vinos argentinos, que se producen a partir de una sola variedad de uva. El equipo de Cheval des Andes aprovechó la habilidad y la experiencia en el blending adquiridas y consolidadas en Cheval Blanc durante varios siglos. Siguiendo criterios bien estudiados y análisis de suelos, y de acuerdo con las variedades de uva seleccionadas, el equipo de expertos y viticultores de Cheval des Andes ha elegido, cuidadosamente, vides de múltiples fuentes que aportan diversidad al acervo genético. El objetivo es producir un vino de extraordinaria complejidad. El deseo de las personas que trabajaron esta finca artesanalmente fue producir vinos que fueran, ante todo, complejos en lugar de intensos, equilibrados en lugar de potentes, y que mostraran un gran potencial de añejamiento. Después de años de investigación, labor en los viñedos y aclimatación a las condiciones locales, Cheval des Andes tiene, en la actualidad, un patrimonio genético digno de los más excelentes Grand Cru

Como con todos los Grand Cru, Cheval des Andes proviene de un excelente terroir. Pero también es fruto de una viticultura precisa y meticulosa. Los viñedos se trabajan parcela por parcela, y cada una es gestionada de acuerdo con el suelo, la variedad de uva, la edad, la fertilidad y otros factores a fin de producir las mejores uvas. Nuestro equipo de viticultores entiende, observa y gestiona cada viña individual para lograr una cosecha madura y homogénea a lo largo de todo el viñedo. Prestamos atención minuciosa al trabajo del suelo. El enraizamiento uniforme, la aireación frecuente y la estimulación de los organismos vivos del suelo son elementos vitales para la máxima expresión del terroir. La poda de invierno es esencial para la calidad de la cosecha siguiente. La administración del flujo de la savia da como resultado una vegetación equilibrada y, finalmente, una cosecha homogénea de alta calidad. El riego es necesario en este clima desértico y, en la Argentina, se hace de una manera única. Se mantiene al mínimo y solo se utiliza cuando es absolutamente esencial, simulando lluvia copiosa. Mantiene las vides al borde de la deficiencia hídrica y mineral de acuerdo con una investigación amplia y meticulosa llevada a cabo por un conocido especialista en riego, Xavier Chôné. Se implementa un régimen de estrés hídrico semanal con ajustes diarios si fuera necesario.