La contracción de los recursos tributarios mantiene un fuerte impacto en el rojo fiscal. La contracción en mayo fue de alrededor del 34%. Durante la cuarentena, el Banco Central le envió $730.000 millones al Tesoro
La caída en la recaudación por IVA se intensificó durante mayo, tal como muestran las estimaciones privadas. El dato oficial será publicado mañana por AFIP pero los cálculos a partir de la parte del impuesto que se coparticipa a las provincias dan cuenta de una contracción real en torno al 34,1%. Más allá del número la dinámica del deterioro en los ingresos del tributo es la esperada: en mayo se pagan los saldos devengados de abril, mes en el que el aislamiento tuvo su pico de intensidad.
Un informe de CEPA mostró la dinámica de recaudación de IVA de mayo, a partir de la parte del impuesto transferida vía coparticipación: tras una contracción real de 16,9% en abril, en mayo la caída real fue de 34,1%. El director de CEPA, Hernán Letcher, explicó a BAE Negocios que el número no se replicará exactamente así en la recaudación, pero sí se acercará a esa dinámica: mayo peor que abril.
El informe de CEPA afirmó: “Se estima que en mayo habrá una caída de la recaudación por IVA en torno al 34,1%. Esta aproximación se realiza considerando las transferencias de Coparticipación, que se conforman en buena parte por la recaudación de este impuesto. Este dato supera ampliamente a las retracciones estimadas para ese mismo impuesto en marzo (13,5%) y abril (16,9%)”.
Desde Iaraf lo habían adelantado: “Lo relevante de cara a mayo es que se espera que se aprecie un impacto pleno del confinamiento sobre impuestos como el IVA, ya que va a pagarse el saldo devengado en abril, un mes que permaneció en total cuarentena para la mayor parte de las actividades”.
En abril, a la baja de la recaudación pública se le sumó el incremento en el gasto estatal que busca morigerar el impacto de la cuarentena sobre los ingresos privados: ahí pegaron de lleno el salario complementario, el IFE, el plan Alimentar y los bonos a jubilados. Con un desplome de 22% real en los ingresos y una suba de 35% también real en los gastos, el superávit de abril del 2019 se convirtió en un rojo primario que en un sólo mes alcanzó al 0,7% del PBI proyectado por el Gobierno para el 2020. Un rojo ya superior al de 0,4% registrado en pleno ajuste fiscal durante 2019.
Desde la Fundación Germán Abdala destacaron que en abril ya aparecieron las primeras luces de alarma fiscal, lo que además intensifica el dilema monetario del BCRA: por un lado unas inyecciones de pesos al Tesoro que, contando desde el día previo al comienzo de la cuarentena, totalizaron $730.000 millones, por otro la emisión monetaria amenaza a la economía con el ensanchamiento de la brecha entre dólares paralelos y oficial. Y afirmaron: “Los aportes y contribuciones a la seguridad social se revelan como la caída con mayor profundidad. Habrá que mirar el pago de ganancias, que tiene su mayor incidencia en mayo y junio, pero es probable que, ante un flujo de caja muy golpeado por la crisis, las empresas decidan posponer estos pagos y ‘abrirse un descubierto’ contra la Afip”.
En ese sentido, desde CEPA adelantaron que en ganancias la caída sería de 25,1% durante mayo.