En un acto lleno de simbolismo y proyección hacia el futuro, Mendoza dio inicio a una nueva etapa bajo el liderazgo renovado de Alfredo Cornejo, quien asume su segundo mandato como Gobernador de la provincia. Sin ser una mera continuación de la gestión anterior, este periodo representa la evolución de una vocación y un método de trabajo que ha guiado a Mendoza, y ahora busca dar un salto cualitativo en términos de crecimiento e internacionalización.
El equipo que acompañará a Cornejo en esta nueva etapa ha decidido intervenir los elementos figurativos de la identidad provincial, marcando un hito importante en la historia visual de la región. La actualización de la resolución gráfica de la marca busca reafirmar la solidez institucional que caracteriza a Mendoza, proyectándola como un territorio con una visión clara y un rumbo definido.
El rediseño de la marca fue presentado en la explanada de la Casa de Gobierno en un acto de traspaso de mando, donde autoridades, vecinos y mendocinos en general pudieron apreciar los cambios. La novedad más destacada es la incorporación de un moño con los colores argentinos, un elemento que no solo busca diferenciar a Mendoza internacionalmente, sino que también refleja el orgullo y la identidad nacional, presente también en la blasonería original.
En este proceso de renovación, se ha ajustado la paleta cromática y se ha puesto énfasis en la representación de la abundancia, simbolizando a Mendoza como una auténtica tierra de oportunidades. Este nuevo enfoque abarca el desarrollo ambiental, cultural, económico y social, consolidando la visión de la provincia como uno de los mejores lugares para vivir e invertir en Argentina.
El mensaje implícito en este rediseño va más allá de lo estético: busca comunicar un compromiso renovado con el crecimiento sostenible y la apertura al ámbito internacional. La identidad visual actualizada refleja la ambición de Mendoza de ser protagonista en el escenario nacional e internacional, destacando sus fortalezas y atractivos.