El Gobierno argentino sacudió hoy la escena internacional al revelar la identidad de Hussein Ahmad Karaki, el jefe operativo de Hezbollah en América Latina, tras años de sospechas e investigaciones. Karaki, acusado de coordinar reclutamientos y operaciones para la organización chií, estaría directamente relacionado con los atentados a la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994, dos de los episodios más trágicos que aún resuenan en la historia del país.
Karaki: el hombre detrás de los atentados
Según el informe revelado, el operativo de inteligencia asegura que Karaki estaba en Buenos Aires el 17 de marzo de 1992, día de la explosión en la Embajada de Israel, y que abandonó el país con un pasaporte colombiano falso bajo el nombre de Alberto León Nain apenas horas antes del atentado. La Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, confirmó que el sospechoso partió desde el Aeroparque Jorge Newbery rumbo a Foz do Iguazú, dejando pocas pistas tras de sí. Este detalle fue corroborado por imágenes obtenidas en 2004, cuando Karaki fue documentado bajo el nombre de David Assi en Venezuela, país que, bajo la firma de la funcionaria María Guillen, le otorgó nueva identidad.
Un actor clave en la red de Hezbollah
Bullrich y el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, aseguraron que el trabajo de Karaki no se detuvo tras los atentados en Argentina. De hecho, el reporte de inteligencia marca un resurgimiento de sus actividades en 2000, cuando su red comenzó a intensificar el reclutamiento y la creación de infraestructura para la realización de nuevos ataques en la región. Las operaciones frustradas en Colombia, Venezuela, Chile, Brasil y la conflictiva zona de la Triple Frontera dan cuenta de una influencia que se extendió mucho más allá de las fronteras argentinas.
“A la altura de la muerte de Nasrallah”
La ministra Bullrich fue enfática al comparar el peso de esta revelación con la muerte de Hasan Nasrallah, el influyente clérigo y líder de Hezbollah. El anuncio representa “un golpe clave en el proceso de desmantelar y descubrir la red de Hezbollah en América Latina”, declaró la cartera de Seguridad, en un comunicado que describe la magnitud del descubrimiento y expone la red de contactos y logística terrorista que Hezbollah ha tejido en la región.
Una amenaza que persiste en la Triple Frontera
El Gobierno argentino mantiene la alerta en la Triple Frontera, una zona conocida por la presencia de grupos vinculados a Hezbollah y su rol en el tráfico de información, personas y dinero. En abril, Bullrich expresó preocupación por la presencia de células de Hezbollah a escasos kilómetros de la frontera con Paraguay y Brasil, un área donde se detectó actividad en San Pablo y recientemente en Perú. La ministra también señaló un incremento en las amenazas tras el memorándum firmado entre Bolivia e Irán, que habilitó la entrada de 700 ciudadanos iraníes en suelo boliviano, algunos de los cuales estarían afiliados a la Guardia Revolucionaria Quds, vinculada al régimen iraní.
La relación entre Hezbollah e Irán se extiende, y sus redes abarcan desde Paraguay hasta la frontera norte de Argentina. En este marco, el país aún mantiene un nivel de alerta alto en estas zonas, con vigilancia reforzada sobre la Triple Frontera, donde confluyen las actividades del grupo libanés, según la ministra.
A medida que avanzan las investigaciones, Argentina reitera su compromiso en la lucha contra el terrorismo, y hoy el anuncio sobre Karaki refuerza el mensaje de que no bajará la guardia. La sombra de Hezbollah en América Latina parece estar lejos de disolverse.