En un contexto de creciente preocupación por la escasez de dólares en las reservas nacionales, el gobierno de Javier Milei se encuentra evaluando la posibilidad de rematar importantes propiedades del Estado. Esta decisión ha suscitado un amplio debate, ya que involucra terrenos de gran valor estratégico y económico.
Entre las propiedades que están bajo la lupa se encuentran parte del Regimiento de Patricios en Palermo, 10.000 hectáreas en Campo de los Andes en Mendoza, 900 hectáreas en Embalse, Córdoba, y terrenos en la codiciada zona de Puerto Madero.
Según un informe publicado por el portal La Política On Line, la administración Milei se plantea esta estrategia como una forma de enfrentar la crisis cambiaria, recurriendo a métodos que ya fueron utilizados durante la presidencia de Mauricio Macri. Esta modalidad fue celebrada por los grandes actores del sector inmobiliario, quienes ven en estas operaciones una oportunidad para expandir sus negocios en un mercado donde la demanda de terrenos premium sigue en alza.
La Agencia de Bienes del Estado (AABE), encargada de la gestión de los bienes estatales, está bajo la dirección de Nicolás Pakgojz, un exfuncionario porteño conocido por sus vínculos con Eduardo Elsztain, el principal desarrollador inmobiliario de Argentina.
La AABE tiene bajo su control un amplio portafolio de terrenos, incluidos aquellos de uso militar, que se encuentran en ubicaciones privilegiadas y que han despertado el interés de desarrolladores para proyectos de lujo.
Uno de los puntos neurálgicos de estas potenciales transacciones es el Regimiento de Patricios, situado en una de las zonas más exclusivas de Buenos Aires, a escasos metros de la Avenida Libertador y de los emblemáticos bosques de Palermo. Este terreno, junto con miles de hectáreas en áreas altamente deseables como el Valle de Uco en Mendoza, ha atraído la atención de inversores, quienes vislumbran la posibilidad de convertir estas tierras en complejos residenciales y turísticos de alto nivel.
El Valle de Uco, conocido por su producción vitivinícola y su cercanía a la Cordillera de los Andes, se presenta como un área estratégica no solo por su belleza natural, sino también por su potencial económico.
Las tierras que pertenecen al Ejército en esta región, así como en localidades de Bariloche y San Martín de los Andes, son vistas como oportunidades de oro por los desarrolladores, quienes están dispuestos a invertir en proyectos que prometen altos rendimientos.
Sin embargo, la propuesta de venta de estas propiedades no está exenta de controversia. Los críticos argumentan que desprenderse de activos estatales puede ser una solución a corto plazo que no aborda las causas estructurales de la crisis económica. Además, temen que la venta de terrenos públicos a intereses privados pueda llevar a un aumento en la especulación inmobiliaria y a la pérdida de espacios verdes y de patrimonio histórico.