A pesar de que la CGT decidió como conjunto dar el portazo y bajarse de las reuniones del diálogo social que propicia la gestión de Javier Milei, en los últimos días hubo dirigentes de la central obrera que, por su cuenta, dieron señales al Gobierno y llevaron a cabo negociaciones o mesas de diálogo con funcionarios.
El primero de ellos fue el siempre dialoguista Armando Cavalieri, líder del sindicato de mayor cantidad de afiliados del país, el de empleados de comercio, quien la semana pasada le dio una mano a la Casa Rosada y envió al abogado de su gremio a la primera reunión del diálogo social, a fin de evitar que quedara vacía la silla del sector sindical.
De esta forma, el "gitano" Cavalieri tomó distancia y desafió lo resuelto por la central obrera en su última reunión de Consejo Directivo de ausentarse en el diálogo social, a raíz del malestar por la reglamentación de algunas reformas laborales de la Ley Bases que hizo el Gobierno por su cuenta, como la vuelta de Ganancias.
Días después, el titular de la Unión Ferroviaria y de la CATT (Confederación de Trabajadores del Transporte), Sergio Sasia, comenzó a conversar con el Gobierno la chance de una reforma laboral para ese sector.
"La UF viene actualizando y modernizando los convenios. Es la única manera de no perder trabajo cuando la tecnología va avanzando. Si nosotros no hubiésemos reconvertido algunas tareas, no hubiésemos apostado fuertemente a incorporar tareas nuevas en lo que es boletería. En el tiempo de los convenios se vendía un boleto de cartón o de papel. Hoy principalmente todo va por la SUBE y por cargar la SUBE", sostuvo al respecto el dirigente durante una reciente entrevista con un matutino porteño.
La iniciativa de Sasia le valió cuestionamientos de los dirigentes del moyanismo, uno de los sectores de la CGT más opositores a la gestión Milei, quienes además manejan la CATT y ubicaron al ferroviario al frente de la entidad en el marco de un acuerdo, y ahora comienzan a sentirse "traicionados" y lo acusan de cortarse solo en sus diálogos con el Gobierno.
El tercer dirigente cegetista que en los últimos días se mostró negociando con el Ejecutivo fue Sergio Romero, titular de los docentes de UDA, quien tuvo un extenso cara a cara con el secretario de Educación, Carlos Torrendell, en la sede del gremio del barrio porteño de Caballito.
Allí debatieron en profundidad temas educativos vinculados, entre otros, a alfabetización, formación y capacitación en servicio, y problemáticas de las distintas jurisdicciones del país, además de la vuelta de la paritaria a nivel nacional.
Estas posturas contrastan con las de dirigentes de la central más cercanos al kirchnerismo, como el camionero Pablo Moyano, quien tras participar este miércoles de la marcha por San Cayetano de los movimientos sociales y los gremios, sostuvo en declaraciones a la prensa: "Yo no me puedo reunir con sectores del Gobierno donde permanentemente atacan a los trabajadores".
En este marco, el Gobierno -a través del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero- tratará de convencer a la CGT de que se integre al Consejo de Mayo, el órgano que conformarán distintos sectores para consensuar proyectos de ley que traduzcan en medidas reales los diez puntos del Pacto de Mayo.
Por su parte, la central obrera definió semanas atrás convocar a un plenario de regionales de la entidad para seguir analizando los pasos a seguir en su relación con la gestión libertara, aunque la cita aún sigue sin fecha definida, dijo el secretario de Prensa de la CGT, Jorge Sola, a Noticias Argentinas.