Ursula Basset, asesora en temas de familia y género cercana a la secretaria general Karina Milei, defendió los derechos de las mujeres en una reunión de Alto Nivel por el 25° Aniversario del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, celebrada en Nueva York.
Este cambio ocurre días después de que el país votara en contra de un documento clave para prevenir la violencia contra mujeres y niñas, marcando un aislamiento que tensionó relaciones con otras naciones y organismos internacionales.
"La violencia no conoce fronteras"
En su intervención, Basset subrayó el compromiso argentino con la erradicación de la violencia de género. “La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una violación intolerable de los derechos humanos y un obstáculo para el desarrollo de nuestras sociedades”, declaró, destacando la necesidad de cooperación internacional para implementar estrategias de prevención basadas en evidencia.
La exposición recibió elogios de representantes de ONU Mujeres, quienes expresaron disposición para trabajar conjuntamente con la nueva administración.
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De la soledad al ajuste diplomático
El cambio de tono parece ser una respuesta directa a la controversia generada por la postura argentina en votaciones recientes. El pasado 11 de noviembre, el país fue el único en oponerse a un documento de la ONU en apoyo a la erradicación de la violencia de género, provocando críticas de diversos sectores políticos y sociales.
Similares cuestionamientos surgieron tras la retirada de la delegación argentina de la cumbre climática COP29 en Azerbaiyán, una decisión interpretada como un retroceso en la agenda ambiental.
Tensiones internas y críticas opositoras
La oposición no tardó en reaccionar. El diputado Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica-ARI) envió una carta documento al presidente Milei y al canciller Gerardo Werthein exigiendo “cesar” con decisiones que, según él, violan la Constitución Nacional. Además, el PRO emitió un duro comunicado titulado “Argentina vota en soledad, contra el resto de la humanidad”, cuestionando las posiciones adoptadas en los foros internacionales.
Desde Cancillería, intentaron apaciguar las aguas. “No somos infalibles, y si nos equivocamos podemos rectificar”, señaló Werthein, marcando un esfuerzo por “ordenar” la política exterior y evitar nuevos desaciertos.
Un giro pragmático
El discurso de Basset en la ONU, junto con un mayor acercamiento a organismos internacionales, sugiere que el gobierno busca recalibrar su imagen en el escenario global. Este esfuerzo es interpretado como un intento de equilibrar las tensiones entre el ala conservadora de la coalición oficialista y la necesidad de mantener relaciones internacionales fluidas.
Mientras tanto, las miradas están puestas en cómo se articulará esta nueva estrategia a largo plazo. Con críticas aún frescas y decisiones controvertidas en su haber, el gobierno de Milei enfrenta el desafío de restaurar la confianza tanto dentro como fuera del país.