Una de las policías de la Ciudad detenida como acusada de encubrir el crimen de Lucas González, el adolescente asesinado de un balazo en la cabeza por efectivos de esa fuerza cuando el 17 de noviembre pasado se trasladaba con amigos por el barrio porteño de Barracas, seguirá presa luego de que el juez de la causa rechazara hoy otorgarle la excarcelación, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Micaela Fariña, una de las nueve policías de la fuerza de seguridad porteña a la que se le atribuyen los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, amenazas y odio racial.
Según las fuentes, la defensa de esta efectivo solicitó la excarcelación al juez de la causa, Martín Del Viso, quien ante este requerimiento corrió vista al fiscal Leonel Gómez Barbella, quien dictaminó en contra de otorgarle ese beneficio. Sin embargo, el magistrado finalmente rechazó otorgarle la excarcelación, por lo que Fariña seguirá detenida.
En su fallo el juez sostuvo que si bien "se aprecia que la imputada se encuentra identificada correctamente, que no registra antecedentes condenatorios, y que aportó un domicilio en el que fue justamente detenida (…) ello no puede desatender la grave imputación dirigida por la Fiscalía, entre ellas, la introducción de falsas pruebas, la consignación de información falaz en las actuaciones labradas en el procedimiento en el que intervino".
Por ello, debe "tenerse en cuenta especialmente su condición de funcionaria policial, como las circunstancias y naturaleza del hecho por la que fue detenida, pues justamente la atribución consiste en su posible participación en el encubrimiento de hechos de extrema gravedad", continuó el juez.
También resaltó que "se encuentran en curso múltiples medidas dispuestas por la Fiscalía, no solo para acreditar su teoría del caso sino también para identificar a otros posibles partícipes, lo que resulta de por sí suficiente para mantener el encierro cautelar que asegura el normal desenvolvimiento del proceso".
Además, para Del Viso, "mantener la medida coercitiva se presenta al menos de momento como la más idónea, necesaria e indispensable para lograr la aplicación de la ley, máxime, si se tiene en cuenta que fue detenida el 27 de noviembre pasado, lo que no se exhibe desproporcionado al valorar la finalidad del proceso".
De acuerdo con la investigación, Fariña fue la oficial que, junto a su compañera Lorena Miño, interceptó a los cuatro amigos a bordo del Volkswagen Surán Azul en el cruce de Alvarado y Perdriel.
Hasta ahí Lucas (17) -ya baleado en la cabeza- y los otros tres adolescentes llegaron tras escapar de los policías de la Brigada de la Comuna 4 porteña que, a bordo de un auto sin identificar y sin uniformes, los interceptaron y les dispararon cuando ellos escaparon al creerlos ladrones.
Si bien Fariña y Miño aseguraron que su rol se limitó a pedir una ambulancia para el herido y asegurar en el lugar a dos amigos de Lucas -ya que el tercero se fue-, para el Ministerio Público ambas deben responder por los delitos atribuidos, ya que fueron las primeras en llegar al sitio donde se montó la escena de un supuesto tiroteo en el que se "plantó" un arma para hacer pasar a los jóvenes como delincuentes.