Alan Schlenker, el ex jefe de la barra brava de River deberá pasar el resto de sus días tras las rejas o al menos 24 años más para empezar a tener salidas transitorias.
Es que el ex líder de Los borrachos del tablón, que cumple prisión perpetua en la cárcel de Trelew, no logró revertir una condena que lo tiene hace 11 años tras las rejas ya que la Corte Suprema de Justicia rechazó el último recurso de revisión que le quedaba y había presentado en 2019, aludiendo que había nuevas pruebas que demostraban su inocencia . De todas maneras, Schlenker se aferra a un solo recurso, el que presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que hasta ahora no emitió ninguna resolución.
Schlenker, que fue condenado el 15 de septiembre de 2011 como instigador del homicidio de Gonzalo Acro en agosto de 2007 en el marco de la interna de la barra de River, pasó cinco años detenido en el penal de Azul y desde hace seis está en el de Trelew, considerada la peor cárcel del país.
“Estoy devastado” declaró tras conocer el veredicto. Era la última chance que tenía acá para que reparen esta injusticia y otra vez el poder me da la espalda. Yo sabía que la Corte sólo admite el dos por ciento de los recursos de revisión, pero acá había pruebas fundadas para que lo hicieran y ni siquiera lo valoraron. Encima el defensor oficial se olvidó de adjuntar unas fotocopias del caso vulnerando una vez más mi derecho a defensa. Por eso voy a pedir un recurso de reposición. Cuatro años tuvieron el expediente para estudiarlo y lo desecharon sin más. Insólito. Si yo tuviera contacto con el poder, con gente como Pérez Esquivel o Nora Cortiñas, seguro que el recurso lo habrían considerado. Pero como estoy solo contra el mundo me aplastan como a una cucaracha. Así me siento”, expresó acongojado.
Y agregó: “me condenan por un hecho del que ni siquiera me pude defender y después se probó que era mentira. Este fallo de la Corte es el punto final de un plan orquestado por mis enemigos para destrozarme”
Schlenker apuntó como sus “enemigos” al poder, que según él, estaba materializado en José María Aguilar, que era el presidente de River y Mario Israel, su vice. Y alrededor de él Adrián Rousseau, Matías Goñi, el papá de Acro y Aníbal. Ellos sabían muy bien que el grupo de Palermo que asesinó a Gonzalo era autónomo, que yo no tenía poder sobre ellos. Pero querían sacarme a mí del camino” aseveró.
“Yo me quería presentar como dirigente de River y me temían porque tenía apoyo popular. Yo iba a ser el nuevo Gámez –ex presidente de Vélez Sársfield- y ellos no lo podían permitir y el sistema tampoco. Entonces crearon un monstruo que la opinión pública compró. En el mundo de los malos primero venía Bin Laden y después yo. No sólo me acusaron del crimen, sino de burlarme de la familia apenas empezó el juicio, para influir en la opinión pública” se justificó.
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“Me aplastaron como a una cucaracha. Porque fui a un juzgado a declarar contra ellos en la causa por administración fraudulenta que tenían con la barra y más. Yo podía probar cómo se robaban todo de River y me cavé la fosa. Apenas declaré fueron por mí. Fue el peor error de mi vida, subestimé el poder de esta gente” expresó.
Y continuó: “Un día mío acá adentro es un horror. Estoy en el peor penal del país, depositado en un pasillo, salgo al patio a ver el sol apenas una vez cada mes y medio. Esto es un infierno y después de tanto tiempo me siguen considerando como Bin Laden, por eso nadie me ayuda. Me mantengo en pie porque tengo una familia” concluyó.