El Comité de Prevención de la Tortura (CPT) elevó un informe preliminar, con carácter urgente, a la Fiscalía de Derechos Humanos en relación a los hechos de público conocimiento sucedidos el día 31 de mayo en un domicilio del Barrio “Bandera Argentina” de la localidad de Fontana.
Al tomar conocimiento de lo sucedido, se mantuvo estrecho contacto con las damnificadas y damnificados, quienes mantuvieron al CPT al tanto de la situación para prestar colaboración de ser necesario.
Mediante información recibida por parte de integrantes de la “Mesa Multisectorial Feminista”, siendo únicamente esta Organización la que estaba en el lugar, el Comité se hizo presente con el objetivo de dialogar con las víctimas de la violencia ejercida por efectivos de la Policía del Provincia del Chaco.
Las personas damnificadas relataron que luego del ingreso violento al hogar, fueron trasladadas a la Comisaría Seccional 3ª de Fontana, y allí los policías las encerraron en una habitación, apagaron las luces y las torturaron.
Luego de la entrevista, y ante la insistencia del Comité, se acercó una ambulancia del Servicio de Salud Pública. Los vecinos del Barrio relataron que frecuentemente sufren malos tratos y son atacados por los funcionarios policiales de esa Comisaría, motivados por pertenecer a la Etnia Qom. Esto es una práctica sistemática.
El Comité solicitó a la Fiscalía poner en marcha los mecanismos de protección del Estado e investigar los hechos descriptos, asimismo que se disponga la aplicación del “Protocolo de Estambul” Manual para la Investigación y Documentación Eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que se adopten las Medidas Procesales pertinentes en resguardo de las víctimas, se solicite la intervención a la Línea 102, la Asesora de Menores, y que se garantice asistencia psicológica urgente a los niños, niñas y adolescentes que conforman el núcleo familiar violentado.
Rebeca Garay, una de les cuatro jóvenes qom secuestrades, torturades y abusades en la comisaría Tercera de la localidad chaqueña de Fontana. La horda de policías –de civil y uniformados, algunos alcoholizados–, en teoría perseguían a un ladrón o a los autores de una pedreada a la sede policial, que ya acumula quejas por abusos. Mientras la asistencia oficial y la justicia avanzan a paso lento, y los responsables caminan por la zona porque sólo les quitaron la insignia y el arma. Los testimonios de los protagonistas de esa madrugada de terror, fueron tomados en el barrio Bandera Argentina, donde fue atacada la familia qom Saravia-Fernández, una más de sucesivas agresiones a ese pueblo indígena.
Testimonio de Rebeca
“Nos llevaron ahí, apagaron la luz y empezaron a pegarnos todos. Uno nos tiró alcohol, nos tiró un cigarrillo y nos escupió. A mí me tiraron agua y me siguieron pateando, eran como cinco o seis que me pegaron en la espalda, a mi compañero también, tiene todas las piernas lastimadas. Cuando nos llevaron a Sanidad nos dijeron que si decíamos algo nos iban a pegar otra vez, nos empujaron en una camioneta y nos dijeron que nos iban a prender fuego“. Rebeca habla bajito, mira a la cámara de reojo, aún no pasaron 24 horas de un violentísimo ataque que dejó marcas también en su interior. Lo mismo le pasó a D.F., de 16 años, quien está con tratamiento de sedantes porque padece estrés postraumático. Los testimonios de Elsa Fernández, Cristian Saravia, Alejandro Fernández y Rebeca Garay fueron recogidos y grabados por la Mesa Multisectorial Feminista, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y el Comité contra la Tortura.
Testimonio de Elsa
“Soy Elsa Fernández, la dueña de la casa. Fueron agredidos mis dos hijos y mi sobrino. Estábamos durmiendo, escuchamos ruidos y salimos a ver qué pasaba. Venían cómo 30 policías, tiraban tiros, tenían gomeras y botellas. Les dije que no entren, no me hicieron caso, me pegaron y se metieron por la fuerza, mi sobrino les decía que no entren porque había menores adentro, no les importó. Me rompieron la puerta, le pegaron a mi sobrino, apuntaron con armas a los menores y a mi hija de 11 años la agarraron del brazo y la tiraron en la cama.
Dos policías la estaban pateando, la arrastraron de los pelos, intenté defenderla y prenderme, pero me empujaron. Hice dos pasos atrás, pero los cuatro policías sacaron a mi sobrino y le empezaron a pegar por la cara, las costillas y la cabeza. Como mamá abracé a mis dos hijos, y me pegaron igual. Cuando Fernández el comisario me pegó con la reglamentaria mi hija se asustó porque vio sangre en mi cara, y ahí me soltaron. Tiraron a mi hija en el piso, le pegaron y la arrastraron una cuadra de los pelos cuando ya estaba inconsciente. Reaccionó recién en la esquina de la comisaría, una mujer policía la hizo caer de nuevo con una zancadilla, cayó y se volvió a levantar como pudo”.
El relato de Alejandro
“Me sacaron de la casa, a mi abuelo le apuntaron en la cara con la escopeta, y a mí con la nueve, le dije a mi abuelo que se aleje, para sacar a los policías los tuve que empujar porque estaban mis dos sobrinos chiquititos. Me llevaron hasta la otra cuadra, me patearon y me tiraron en una zanja. Desde las 4 que cayeron hasta las seis de la mañana me estuvieron golpeando, me rescataron mis primos. Me sacaron las zapatillas, empezaron a tirar todas nuestras cosas. Me pegaron con la culata de la nueve acá (muestra el pómulo derecho), después me pusieron boca abajo y empezaron a saltar arriba mío, a mi primo le pateaban todo y le pegaban con un palo.
No nos podíamos parar, así que nos íbamos gateando y ellos nos pateaban en las costillas. Luego los presos empezaron a patear la reja para que pararan. Nos tiraron en un patio, y nos soltaron al mediodía. Al esposarnos nos pegaban. Los de Sanidad dijeron que estábamos bien, era un doctor y dijo que eran unas lesiones. Le dije, mire apenas me puedo sentar, mi primo no se puede parar, no podemos comer porque tenemos la boca hinchada. A mi compañera (D.F) le lastimaron toda la cara y a mi hermana la pisaron”.
Testimonio de Johana
“Somos parte de un pueblo originario, que no quede todo en la nada.. que no vuelva a pasar con los wichí, los mocoví, somos todos originarios. Esta agresión fue física y verbal, no puede quedar impune esto que le pasó a mi sobrina y a mi vecina, ví todo lo que pasó. La versión de ellos es mentira, estábamos todos tranquilos con los chicos, cuando llegué me encontré encerrada, en ese momento quise cuidar a los menores. Un policía me insultó y me empujó, que abra la ventana para sacar todo. Le sentí olor a alcohol al policía, como que estaban borrachos. Pido que haya resguardo para lo que pase después, que a ningún detenido aborigen que caiga en la comisaría tercera le pase nunca más nada. Nos han torturado, queremos levantar nuestra voz hoy”.
Un vecino cuenta lo que vio
“Acá tenemos mucha bronca e indignación por lo que le pasó a esta familia, el Estado sigue ausente y la justicia, dos chicas golpeadas por la policía y no hay respuestas. No hay detenidos y encima dicen cosas que no son ciertas. Que se haga justicia por los golpes y los abusos, tienen que pagar los responsables”.
Los testimonios completos fueron tomados por las militantes de la Mesa Multisectorial Feminista y la APDH, junto con el Comité contra la Tortura de Chaco. Y serán prueba fundamental en la causa impulsada por la Fiscalía de Derechos Humanos y la querella de la secretaría de Derechos Humanos provincial, según dijeron los funcionarios.
La Mesa Multisectorial Feminista, conformada por diversas organizaciones, denuncia desde ayer Domingo 31/5, la Violencia Institucional que sufrieron compañerxs Qom del Barrio “Bandera Argentina” de Fontana, Chaco.
El accionar repudiable, una vez más, de la policía de la Provincia, se tradujo en un allanamiento ilegal contra una familia originaria y que terminó con 4 jóvenes detenidxs y torturadxs, sus familiares golpeados por intentar defenderlos y una menor en estado de shock por las vejaciones sufridas. A las 04:00 AM del Domingo, más de 15 policías de uniforme y de civil, derribaron a patadas la puerta de una casa en el Barrio “Bandera Argentina” y después de agredir a culatazos y patadas a hombres, mujeres y niñxs, arrastraron a 4 jóvenes a la comisaria.
Una vez allí, los encerraron en un cuarto oscuro, los golpearon salvajemente, saltaron sobre sus cuerpos al grito de “indios infectados”, haciendo alusión a la situación que atraviesan las comunidades originarias, golpeadas por el Coronavirus.
No es un hecho aislado, lamentablemente la represión y persecución a lxs pibes de los barrios y asentamientos populares es moneda corriente en el Chaco, pero este caso ha cobrado relevancia gracias a la valentía de la familia que decidió difundir los hechos.
El personal policial implicado en el operativo, según los medios, fue sumariado hoy y se inica un proceso de investigación. Es por esto que, ante las amenazas policiales que recibió la familia, exigimos al gobierno el resguardo y la integridad de lxs afectadxs.