Los investigadores habían hallado la droga en Bahía Blanca y en Luján de Cuyo lista para exportarse.
La Justicia de Mendoza condenó a dos hombres a ocho años de prisión por traficar más de una tonelada de cocaína a Canadá en cargamentos de cuarzo que exportaban a través de una empresa falsa integrada por testaferros, informaron hoy fuentes judiciales.
La medida del Tribunal Oral Criminal Federal 2recayó sobre Orlando Maturano y Alejandro Rigoletti, quienes fueron encontrados culpables del delito de contrabando de estupefacientes en calidad de coautores.
Durante los alegatos, la Fiscalía General, representada por Gloria André, había solicitado la misma pena que recibieron los imputados –ocho años de prisión- pero por ser partícipes primarios, ya que consideró que dos ciudadanos mexicanos que se encuentran prófugos y con pedido de captura internacional serían los responsables del tráfico de droga.
La causa comenzó a investigarse como una derivación del expediente conocido como “Bobinas Blancas”, en la cual en junio de 2017 se secuestraron bobinas de acero cargadas con una tonelada y media de cocaína en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, y casi 500 kilos ocultos en un cargamento de piedras semipreciosas listo para exportar, en Luján de Cuyo.
Días después se encontraron 372 kilos del estupefaciente disimulados en dos bobinas de acero en el puerto canadiense de Montreal, enviado por la misma empresa investigada, y en julio de ese año se halló en el mismo lugar más de una tonelada de clorhidrato de cocaína escondida en un cargamento de cuarzo.
De acuerdo a la investigación, la firma mendocina Tele Exbe S.A., constituida en 2013 y con domicilio fiscal en San Rafael. exportaba el mencionado mineral, tanto desbastado como picado en bloques y placas.
La AFIP-DGI confirmó que tanto en 2015 como en 2016 se realizaron 25 operaciones de exportación de cuarzo en cada año, con destino a Canadá, todas facturadas a la empresa Startlight FarEast Trading, y con la firma Tele Exbe involucrada casi en todas las transacciones.
Según pudo acreditarse en el juicio, Rigoletti era el único empleado en blanco declarado por la empresa mendocina, poseía más bienes que los accionistas iniciales y nunca se pudo identificar quien era el proveedor de Tele Exbe.
El cargamento de cocaína fue interceptado en Montreal gracias a la información que recibieron las autoridades canadienses, ya que los perros antinarcóticos no detectaron la presencia de la droga por estar acondicionada en bloques de cemento.
Por el operativo quedaron detenidos dos ciudadanos canadienses y otro costarricense, mientras los investigadores dieron cuenta que la empresa Tele Exbe, que había realizado la exportación, era una sociedad con “prestanombres”.
Según la acusación, Maturano desarrolló las gestiones administrativas contables y de logística para garantizar el funcionamiento de la empresa y Rigoletti realizó tareas de operario bajo la pantalla legal de Tele Exbe, y participó del almacenamiento y la preparación de las cargas.
Para la fiscal André, ambos “realizaron diferentes aportes para el tráfico de estupefacientes en las modalidades antes mencionadas con división de funciones y en el marco de la organización delictiva de la que formaban parte, con el objetivo ulterior de llevar a cabo su contrabando a Canadá”.
En la causa se encuentran prófugos y con pedido de captura internacional Gustavo Martorell y Arturo Rendón, los dos de nacionalidad mexicana, y quienes serían los líderes de la organización.