Históricamente, el vino rosado europeo era un vino seco, delicado pero después de la Segunda Guerra Mundial repuntó el consumo de rosados dulces para el consumo masivo. En la actualidad las bodegas -del Viejo y Nuevo Mundo- están retornando su estilo inicial, sobre todo en Francia, donde éstos ejemplares han superado en ventas a los vinos blancos.
Representa el 4,7% del volumen de ventas en el mercado interno de vino y el 4,6% de las exportaciones. En 2021 se comercializaron 51,5 millones de litros de vino rosado, 76% destinado al mercado interno y 24% se exportó.
El vino rosado sin mención varietal es el que más se exporta y el más consumido en el mercado local, aunque no es la categoría que más crece.
En el mercado interno aumentaron las ventas de vino rosado sin mención varietal (+10,4%), varietal (+11,3%) y espumoso (+32,3%) en el último año.
Las exportaciones de vino rosado siguen aumentando año a año, en 2022 se exportó un 8,8% más que en 2018 (5 años), pero caen 4,5% en el total en el año 2022 respecto a 2021, aunque con diferencias en los tipos de vino. En el último año los rosados sin mención varietal disminuyeron un 33%, mientras los rosados varietales y rosados espumosos aumentaron 10% y 188% respectivamente. En 2022 se generó 32,8 millones de dólares por exportaciones.
Se exporta vino rosado a 109 países (2022) siendo Paraguay el principal destino en volumen, con el 23,4% del total. Francia, Brasil y Estados Unidos lideran en valor, concentrando el 32,5% del volumen y 48% del valor. El 51% del vino rosado sin mención varietal se exportó a Paraguay en el año 2022, y el 50% de los rosados espumosos se exportó a Francia.