Este lunes el adiestrador de perros Marcos Herrero, acusado de plantar pruebas en la investigación por la desaparición de Viviana Luna, sufrió un duro revés. Es que, cuando todo parecía que iba a salir del penal, por una cuestión técnica no pudo acceder a la prisión domiciliaria.
El viernes de la semana pasada el juez Gonzalo Guiñazu dio lugar al pedido del abogado de Herrero para que el acusado, oriundo de Río Negro, cumpla con la prisión preventiva en un domicilio.
Para ello el magistrado puso dos condiciones fundamentales: que pague una fianza de $150.000 y que la casa donde quede alojado tenga aprobada la viabilidad técnica.
Ante este panorama Herrero ofreció la casa de Matías Luna, hijo de Viviana que lo había contratado para que busque rastros de su madre. Cuando las autoridades del Servicio Penitenciario se dirigieron a la vivienda, ubicada en Los Corralitos, Guaymallén, no dieron el visto bueno.
Esto se debe, según indicaron, a que la tobillera con GPS que le iban a colocar a Herrero para evitar que se fugue no tiene señal en la zona.
Teniendo en cuenta que el acusado es de Río Negro y que no tiene otros conocidos en Mendoza, a esta altura parece difícil que, al menos por el momento, puedan acceder al beneficio de la prisión domiciliaria.
Herrero llegó a Mendoza el 29 de septiembre del año pasado para buscar a Viviana Luna, la mujer desaparecida en Potrerillos desde 2016. El hombre había sido contratado por los hijos de la mujer (les cobró $150 mil).
Una vez aquí el hombre se presentó en un hotel abandonado de Potrerillos, que ya había sido inspeccionado, y “encontró” partes de un cráneo, un maxilar, y una nota que hacia referencia a Viviana Luna.
Sin embargo el Laboratorio de Huellas Genéticas determinó que el cráneo y el maxilar hallados por Herrero pertenecían a un varón, y que coincidían con otros huesos que el ahora acusado también había presentado en la búsqueda de Marcela López en Río Gallegos, Santa Cruz.
Finalmente Marcos Herrero fue detenido el 3 de diciembre en su casa de Viedma, Río Negro. Un vecino declaró que durante el allanamiento arrojó un bolso por la medianera que también tenía varios restos óseos.