Ferran Adrià, considerado el cocinero más influyente e importante del mundo, visitó Mendoza para cumplir con una agenda que incluía, entre otras actividades, conferencias sobre Innovación y Creatividad. De la mano de familia Zuccardi también recorrió sus bodegas en Maipú y Valle de Uco y, a modo de despedida, cenó en Francesco Ristorante de la familia Barbera.
“Fue un honor haberlo recibido en nuestra casa y verlo disfrutar cada plato del menú elaborado para esta ocasión que, como es habitual, tenía que ver con nuestra propuesta tradicional basada en la cocina ítalo argentina”, comentó Beatriz Barbera, dueña del espacio y agregó: “Estábamos muy ansiosos por su visita pero en el trato nos dimos cuenta de su simpleza como persona y comensal, ya que nos aclaró que él sólo diferencia entre la buena y la mala cocina, y no más”.
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Cerca de las 20, el también empresario llegó a Francesco Ristorante y allí lo esperaba María Teresa, junto a sus hijos y demás invitados, entre los que se encontraban los integrantes de familia Zuccardi, ejecutivos de Telefónica y Universidad Champagnat.
El menú y los vinos de la noche
Bajo la mirada atenta de María Teresa, creadora de las recetas de la casa, y los aportes del chef asesor, Matías Aldasoro, el menú de la noche consistió en una recepción con crostinis de berenjena, arancini di riso, pizzeta con queso de cabra y calamareti relleno con polenta frita.
Luego de algunos brindis y charlas en los jardines del restaurante, los invitados pasaron a la gran mesa y allí degustaron un menú de tres pasos: Dúo de pastas (capelleti San Martino y paglia con tomate fresco y albahaca); Chivo en dos cocciones con pizzico di verde; y de postre, Diplomático con frutas frescas y quesos con dulces regionales.
Los vinos de Zuccardi Valle de Uco acompañaron cada plato y su enólogo, Sebastián Zuccardi, fue el responsable de comentar su origen y elaboración. Supercal y Gravascal de la línea Finca Piedra Infinita acompañaron los platos principales; Malamado Vintage, para el paso dulce; y en la recepción, Fósil.
Antes de despedirse, Beatriz Barbera le entregó a Adrià, como recuerdo de su paso por Francesco Ristorante, un delantal de la casa, intervenido por la artista Noe Roldán e inspirado en los productos identitarios mendocinos.
El cocinero español firmó el libro de visitas en agradecimiento por el trato recibido. Se llevó un ejemplar de la autobiografía de María Teresa Barbera y elogió los platos degustados, que volvieron vacíos a la cocina. Entonces, María Teresa -emocionada- recordó una vieja consigna de su madre, la nonna Fernanda, que si los platos volvían sin nada era señal de que habían gustado. “Gracias; te gustó nuestra cocina. Tus platos volvieron vacíos”, le dijo María Teresa.
En el último brindis, Beatriz Barbera saludó a Adrià: “Gracias por haber venido a Mendoza, por todo el conocimiento y experiencia compartidos y, sobre todo, por revalorizar nuestra gastronomía y productos identitarios”.