Godoy Cruz ya no solo se proyecta como un club de fútbol profesional. Con la reciente inauguración del Instituto Educativo en su predio de Coquimbito , el Tomba se convirtió en la primera institución deportiva del interior del país para consolidar una propuesta educativa formal articulada con el entrenamiento de jóvenes futbolistas. Y detrás de ese logro, hay una historia de trabajo silencioso, persistente y colectivo que lleva más de 16 años gestándose .
En diálogo con Radio Jornada , la directora del nuevo establecimiento, Celia Montaruli , relató el camino recorrido desde las primeras ideas hasta ver en pie este edificio que alberga a más de 100 alumnos de nivel secundario , la mayoría futbolistas de alto rendimiento. “ La escuela del club nació para acompañar a los deportistas, sobre todo a los muchachos de fútbol ”, explicó Montaruli, quien sostuvo que hoy se pueda contar con un espacio donde entrenar, estudiar y alimentarse, todo en un mismo lugar .
El camino hacia un modelo educativo innovador
Según relató la docente, el proyecto tuvo múltiples etapas. Comenzó como una estrategia para facilitar la asistencia escolar de los jugadores juveniles, que fueron trasladados desde el predio a la sede social. Pero tras la pandemia, la logística se volvió difícil y nació la idea de llevar la escuela al predio .
En 2023 pusieron a prueba el esquema con apenas ocho estudiantes en los últimos años de secundaria. El resultado fue tan positivo que decidió ampliar la propuesta y, gracias al acompañamiento de la Dirección General de Escuelas, se oficializó el programa , que permite un formato flexible y adaptado a las necesidades del deporte profesional.
" Entrenan, se bañan, almuerzan y van a clases. Todo dentro del mismo predio. "explicó Montaruli.
El crecimiento fue exponencial: actualmente cuentan con 113 estudiantes distribuidos entre primero y quinto año . El equipo docente está compuesto por profesores de la sede original y otros nuevos, seleccionados en la zona de Maipú para facilitar los traslados.
Más que fútbol: una visión para toda la vida
Para Montaruli, uno de los desafíos principales es acompañar emocionalmente a los adolescentes que llegan con la ilusión de ser futbolistas profesionales, pero que también deben comprender que la educación formal es un respaldo esencial. “ El fútbol es un tiempo en la vida, pero la educación es para siempre ”, reflexionó.
La escuela trabaja articuladamente con los entrenadores. Los jugadores que han pasado por las aulas y hoy integran el plantel profesional, como Santino Andino, son referentes que visitan la escuela para alentar a los chicos a terminar sus estudios . Incluso algunos futbolistas de primera están remando materias para completar la secundaria.
“ A aquellos que no llegan, también los contenemos desde lo psicológico y lo familiar. Lo importante es que entiendan cuál es el camino a seguir ”, remarcó la directora.
El proyecto no se detiene. Ya se planea una segunda ala para ampliar la capacidad y sumar más cursos dentro del predio. Además, el club ha gestionado convenios con el Instituto Universitario de Seguridad Pública (IUSP) para que los estudiantes accedan a trayectos intermedios de formación superior .
Un modelo que ya inspira
El nuevo edificio fue levantado en tan solo 62 días y cuenta con cinco aulas, un SUM, sanitarios con duchas y oficinas administrativas . Este logro se enmarca en el programa provincial Juntos Educación y Deporte , impulsado por el Gobierno de Mendoza y respaldado por la resolución 702/2024.
Durante la inauguración, el gobernador Alfredo Cornejo destacó que este tipo de propuestas representan el “impacto transformador de la educación cuando se articula con el deporte”. Por su parte, el presidente del club, Alejandro Chapini , celebró la concreción de un sueño postergado desde hace 15 años: “ Es un cambio profundo para los chicos, sus familias y el club ”.