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Guzmán dijo que el tema tarifas se resolverá de manera “integral” y que “vamos a un 2021 mejor”

09/08/2020 09:28
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El titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán, afirmó que “el tema de las tarifas se deberá resolver de manera integral” y aseguró que 2021 será un mejor año, en el que el salario real se recuperará con la economía

“El tema de las tarifas se deberá resolver de manera integral, manteniendo equilibrios. Eso es lo que no pasó en la administración anterior. Ahora estamos en una clara emergencia económica, cuando ceda habrá definiciones sobre esos esquemas”, sostuvo el titular de la cartera económica en un reportaje con Infobae publicado hoy.

El ministro Martín Guzmán está convencido de que la velocidad con la que se recuperará la economía argentina tiene que ver con la velocidad con la que se termine la pandemia de coronavirus. En ese esquema, cree el titular de Economía, el Estado debe tener un rol central. “Argentina tiene condiciones para que el 2021 sea un buen año”, pronostica ante Infobae en el Palacio de Hacienda. Acaba de llegar desde Olivos. Los sábados en la Quinta presidencial son un “clásico” desde hace ocho meses, cuando asumió el cargo este experto en deuda soberana que acaba de anunciar un acuerdo con los acreedores externos.

El ministro habló de la negociación con los tenedores de bonos emitidos bajo legislación extranjera: cómo la vivió a nivel personal, lo que aún falta y lo que significa para el bolsillo de los argentinos. Pero sobre todo puso el foco en lo que vendrá: la economía post-pandemia, las próximas medidas y el futuro acuerdo con el FMI.

“Estamos trabajando en el Presupuesto 2021 que vamos a presentar a mediados de septiembre en el Congreso con medidas de consistencia fiscal y monetaria bajo los objetivos de la recuperación. El Estado ayudará a que los privados enfrenten condiciones más dinámicas y de mayor estabilidad. Tiene que haber un camino hacia el ordenamiento de las cuentas fiscales, pero es algo que no se logra de un día para el otro. En 2021 habrá un déficit fiscal primario que respete la necesidad de la recuperación económica”, detalló.

La obra pública, los planes de vivienda, el impulso al mercado interno y la “redefinición” del sector energético serán los drivers de esa recuperación, según Guzmán.

“Vamos a generar las condiciones para que las exportaciones crezcan y para que no pase lo mismo que suele pasar en la Argentina: que cuando la economía crece, crecen las importaciones y la necesidad de divisas, pero no siempre crece la generación de dólares. No queremos que eso ocurra”, afirmó.

¿Van a aumentar los combustibles y la tarifas?

El tema de las tarifas se deberá resolver de manera integral, manteniendo equilibrios. Eso es lo que no pasó en la administración anterior. Ahora estamos en una clara emergencia económica, cuando ceda habrá definiciones sobre esos esquemas. Luego está el rol estratégico que YPF tiene que tener para el desarrollo del sector. Sus números en los cuatro años pasados son dramáticos, con caídas de todos sus indicadores.

¿Concretamente, habrá aumento del precio de los combustibles esta semana?

Es una decisión de la empresa… Pero no está decidido. Son políticas de precios que se toman en un contexto más amplio.

¿Qué medidas imagina para la recuperación del poder adquisitivo de la gente?

Es un año muy difícil para todo el mundo, pero vamos a un 2021 mejor. El salario real se recuperará con la economía, son cosas que vienen de la mano. Vemos una recuperación de la actividad para el año próximo.

Semanas atrás dijo que la economía podría caer el 6,5% este año. ¿Actualizó esa proyección y la de la inflación?

Ese es el último dato público. Ya lo revisamos, pero será parte del proyecto de Presupuesto. Trabajamos con pronósticos de horizontes cortos. La inflación está bajando y en este mes viene en los parámetros que esperábamos, en un contexto de recesión.

¿Hay riesgo de hiperinflación?

No.

Se lo intuye algo más distendido; aliviado quizás. ¿Será? Incluso con el “ruido” del acuerdo de la semana pasada, Guzmán luce inescrutable. Vino para eso, esa fue tarea central que le encomendó el presidente Alberto Fernández cuando lo repatrió desde el cómodo campus de la Universidad de Columbia, en Nueva York, para hacerse cargo del que ya en diciembre pasado era el más complicado de sus ministerios. “Es un paso importante, pero falta”, dijo el martes pasado y la frase, ese concepto, la idea de que el trabajo está inconcluso y no hay nada para festejar, sobrevoló durante la larga charla que tuvo con Infobae.

De traje con corbata, invita a sentarse en una mesa de ocho lados y convida agua. Varios asistentes lo secundan. Afuera es sábado y sigue el veranito porteño en pleno invierno. Adentro, se destacan dos banderas argentinas y seis pantallas con los índices económicos y bursátiles que parpadean poco por la nula actividad del fin de semana. El decorado y el mobiliario no son diferentes a los que tuvieron Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza, sus antecesores directos. Salvo por las fotos con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, claro.

¿Cómo va a impactar el acuerdo con los bonistas en el bolsillo de los argentinos?

Es algo muy importante, fundamental para que Argentina pueda pensar en recuperarse y sostener esa recuperación. Se logró, pero no se terminan los problemas. Nos va a dar condiciones distintas que van a afectar a la vida de los argentinos por varios canales. Estábamos en una situación en la que las finanzas del Estado estaban asfixiadas y no se podía pensar en implementar políticas públicas para la recuperación. Eso cambia: el Estado no va a enfrentar la carga de deuda notablemente insostenible que recibimos y eso va a ayudar a tener más espacio para políticas para el desarrollo. Además, se generará más estabilidad cambiaria, que ayuda al desarrollo del mercado de financiamiento en moneda propia. Aún con el sector público que usará por un tiempo los mercados de crédito internacionales, sí hay un valor en usar los mercados de financiamiento en nuestra moneda, y este acuerdo robustece esa opción. Eso ayuda a las empresas a obtener financiamiento en pesos a tasas sostenibles. Las compañías que tienen relaciones financieras internacionales y acceso al financiamiento externo tendrán costos de créditos más bajos, algo que impacta en las inversiones y en la generación de puestos de trabajo.

¿Qué aspectos legales faltan para el acuerdo con los bonistas y cuándo estará la nueva enmienda en la SEC?

Son cuestiones más bien logísticas las que restan definir. Los conceptos ya están acordados, tanto en lo económico como en lo legal. Esperamos que se resuelva todo lo que queda rápido y se cierre.

El Gobierno dijo que sólo con una oferta de 40 dólares (por cada 100 nominales prestados) se aseguraba la sustentabilidad de la deuda, pero cerró en un promedio de USD 54,8. ¿Ese principio sustentable se perdió?

En absoluto. Este es un acuerdo sostenible en el que fuimos al límite de lo que se podía. Esa era la prioridad central: darle a la Argentina una estructura de deuda que permitiera tener el alivio necesario para poder hacer políticas públicas en pos de un desarrollo inclusivo, generación de trabajo y productividad y crecimiento de las exportaciones.

¿Qué porcentaje de aceptación cree que tendrá el acuerdo?

No sería prudente dar números en medio de un período de suscripción abierto. Esperamos un porcentaje superior al necesario para que se activen las cláusulas de acción colectiva (CACs). El acompañamiento está resultando masivo. Por fuera de los tres grupos ya había un acompañamiento importante y ahora los sumamos a ellos.

¿Eso da más de 80 por ciento?

Se podrían hacer cuentas, pero esperamos que sean por arriba de las CACs. Trabajamos para que sea lo más alto posible.

Con el acuerdo bajaron los dólares financieros, pero luego se recalentaron. ¿Por qué se da esa situación?

No se recalienta, es una señal positiva. Algunos inversores que ven el canje muy bien compran bonos en dólares que se usa en el contado con liqui para luego canjearlos por bonos en pesos. Cuando se haga el canje de deuda en dólares bajo ley local eso se revierte y vamos a quedar con más deuda pesificada, algo que es bueno. Hay un arbitraje porque ahora hay más confianza en los bonos en pesos. Para la economía es positivo. Esto es una transición que se va ordenar y todo volverá a carriles más normales.

¿Qué va a pasar con los controles cambiarios? Se dijo que con un acuerdo podrían revisarse.

Siempre dijimos que los controles cambiarios tan rígidos que tenemos son una decisión que tomó el gobierno anterior en un esquema de altísima ansiedad económica. Tenemos que transitar a un esquema de regulaciones de la cuenta de capital más razonable que permita que las oportunidades de inversión externa directa se puedan concretar. Pera eso hay que construir resiliencia y eso se logra acumulando reservas, algo que lleva tiempo. Lo que se logró es muy importante, pero no cambia las cosas de un día para el otro. Da una plataforma sana para seguir con toda una agenda de estabilización macro.

¿A nivel personal qué significó la negociación para usted?

Lo más importante a nivel personal fue que el Presidente haya confiado en nuestro equipo para liderar esta tan profunda crisis de deuda a la que se llegó en un contexto de políticas indeseables para la Argentina, tomadas en los años anteriores. Estar acá nos da mucha paz, es una responsabilidad muy importante, histórica, con mucho en juego. Sabíamos que las negociaciones iban a ser durísimas, pero luego es un proceso. Desde adentro se sabe más o menos cómo se van a dar las cosas … El desenlace es algo que en algún sentido esperás, más allá de que los tiempos van cambiando.

¿Cuál fue el momento de más tensión de la negociación?

La tensión está siempre. Pero siempre afloja. Hubo varios de esos momentos, algunas veces los buscamos nosotros, otras ellos. Así funciona. Sobre el final había una distancia que hubo que recortar de manera sostenible: nunca íbamos a tomar un compromiso incumplible. Hubo señales claras en la recta final, se creyeron y eso ayudó al cierre.

¿Habló con Cristina Kirchner antes de cerrar?

Hablé con ella varias veces. Las charlas, como las que ocurren con el Presidente, quedan hacia adentro. Pero fueron muy valiosas.

¿Más allá de lo colectivo, lo ve también como un logro personal? El Presidente destacó su rol.

No, el logro es del país. En cuanto a las figuras, el Presidente fue quien apostó por este camino y este proceso. Cada paso estuvo planeado y el mérito es suyo.

¿Cuándo comenzará la negociación con el Fondo?

Vamos a comenzar, nos estamos acomodando para eso. Será pronto, quizás antes del 4 de septiembre. Buscamos un programa que se base en premisas bien diferentes a las del gobierno que nos precedió. Va a llevar tiempo porque para hacerlo bien hay que involucrar a toda la sociedad, no hay que discutir las cosas a puertas cerradas en pocas semanas. Hay que trabajar el tiempo que sea necesario para tener algo que sea legitimado por la sociedad y que esté basado en premisas que le hagan bien a la economía.

¿Por ejemplo?

El esquema macro será radicalmente diferente al que se siguió con programa stand by anterior en el que se aplicaron políticas de contracción fiscal y monetaria, con tipo de cambio flotante y en un contexto de recesión. Eso aumentó mucho la vulnerabilidad. Esa contracción generó más recesión y más caída de la demanda y la producción. La política monetaria contractiva, que se pensó para estabilizar los precios, terminó aumentando mucho el costo del crédito, algo que generó destrucción de empresas y de trabajo. Se terminó con una tasa de interés tan alta que generó más inflación en lugar de menos. Nuestras premisas no tendrán nada que ver con eso: estará la recuperación económica en el centro. Nuestro lema es que no se puede estabilizar sin recuperación de la actividad. Para eso necesitamos, y más en la post-pandemia, políticas que empujen al mercado interno, al mismo tiempo que se generan condiciones para que crezcan las exportaciones.

¿Cree que el Fondo es un “nuevo Fondo”? Esta semana algunos ex funcionarios de Cambiemos cuestionaron el grado de libertad e intervención que les dieron.

No dudamos que el programa anterior lo hicieron ellos, no lo impuso el Fondo. Lo que pasa es que no funcionó. ¿Qué cambió ahora? El gobierno argentino. Obvio que la nueva conducción en el FMI, con la asunción de Kristalina Georgieva, trajo aire fresco con un diálogo muy constructivo en estos meses que seguirá cuando negociemos el programa.

¿Hay chances de que lleguen dólares del FMI por la pandemia?

Lo que se busca con el FMI es el equivalente a un refinanciamiento para las obligaciones contraídas. El esquema con el que se dé está abierto, será el que más nos convenga. No buscamos fondos nuevos.


Fuentes: Infobae / Telám

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