¿Cuál es el país que todos ponen de ejemplo por su política sanitaria para enfrentar a la pandemia? Nueva Zelanda. ¿Cuál es el país que acaba de despedir a su Ministro de Salud por la Covid-19? Nueva Zelanda.
El doctor David Clark, en su puesto desde 2017, se vio obligado a renunciar después de semanas de críticas mediáticas que levantaron una ola de indignación nacional.
En realidad, fueron tres hechos los que llevaron a su salida. En abril, en el segundo mes de la dura cuarentena decidida por el gobierno laborista de Jacinda Ardern, fue descubierto durante un paseo en bicicleta por la montaña. Como muchos de los runners porteños, Clark es un reconocido deportista que participa de los certámenes de Iron man en su país. Poco después, la policía lo paró a 23 kilómetros de su casa, mientras viajaba en auto hacia una playa junto a su familia.
Semejante primicia en plena pandemia –uno puede imaginar que no abundan las noticias en Nueva Zelanda–, fue tapa de los diarios más tiempo del recomendable.
Su reacción fue inmediata. Reconoció públicamente que era un “idiota”. No le fue mal. Con criterio, la primera ministra consideró que sus capacidades profesionales, y su experiencia en el manejo de la pandemia, estaban por encima de sus debilidades personales y, aunque degradó su puesto, lo mantuvo en el gabinete.
Pero en los medios su destino ya estaba marcado.
Unos días después de que Ardern conmoviera al mundo anunciando que Nueva Zelanda estaba libre de la enfermedad y volvería a la normalidad, una falla en el control de la cuarentena volvió a complicarlo todo.
Dos mujeres que viajaron desde Gran Bretaña para asistir a un velorio salieron del aeropuerto sin respetar el protocolo fijado y produjeron una serie de contagios en el sur de la isla.
La Primera Ministra tuvo una reacción fulminante y, mirado desde la Argentina, un poco excesiva: puso al Ejército a controlar las fronteras (en el caso de Nueva Zelanda algo no tan difícil ya que se trata de una isla). Clark, por su parte, pareció poner toda la culpa en un subordinado, el director de salud Ashley Bloomfield, quien por otra parte ya la había sumido.
Pero resultó que Bloomfield era una cara popular en el país en medio de la pandemia y todos los medios cayeron sobre el ministro “porque no se hacía cargo de su responsabilidad”.
Tiempo después Clark seguí en la tapa de los diarios, y en las radios y la TV, por lo que Ardern esta vez sí aceptó su renuncia. “Es esencial que el pueblo de Nueva Zelanda confíe en nuestros líderes sanitarios”, explicó. Y fue amable en la presentación del despido de una de las principales figuras de su gobierno: “David llegó a la conclusión de que su presencia en el cargo está creando inútiles distracciones; como él mismo me dijo, las necesidades del equipo tienen que estar sobre las de los individuos”.
El ministro de Educación, Chris Hipkins, asumirá provisoriamente el lugar vacante en salud hasta las elecciones de septiembre.
Los funcionarios de salud en Nueva Zelanda reportaron 1.530 casos de coronavirus, sólo dos de ellos activos, y 22 muertes.
El país introdujo una temprana cuarentena y el cierre de fronteras al comienzo de la pandemia.
Cualquier persona que ingrese al país, incluidos los ciudadanos de Nueva Zelanda, debe aislarse durante 14 días en los hoteles de cuarentena administrados por el gobierno.