Estados Unidos registró una nueva cifra diaria récord de 63.247 nuevos casos de coronavirus, según la Universidad Johns Hopkins, una aceleración que, sin embargo, fue respondida hoy por más medidas tibias de gran parte de los estados afectados.
En plena disputa política por la dimensión real de la pandemia y la necesidad de imponer medidas preventivas y restrictivas más importantes, el presidente Donald Trump reforzó su discurso relajado frente a la crisis sanitaria y decidió visitar hoy Florida, uno de los estados más golpeados, cuyo gobernador se niega a frenar la reapertura económica.
Según cifras oficiales, solo en el último par de semanas, el número de hospitalizaciones creció un 74% en el condado de Miami-Dade -donde estuvo hoy Trump-, un 88% si solo se tiene en cuenta la terapia intensiva y un 123% el uso de respiradores automáticos.
La tasa de positividad -es decir, el número de casos positivos sobre la cantidad de tests realizados- es actualmente del 28%, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que debe ser de alrededor del 10%.
Sin embargo, el gobernador de Florida y férreo aliado de Trump, el republicano Ron DeSantis, reiteró hoy que “no existe ninguna razón para no seguir avanzando” con la reapertura económica.
El gobernador, como otros aliados de Trump, aclaró también ante la prensa que coincide con el mandatario y pidió que en septiembre, en el inicio del año lectivo, se abran las escuelas con normalidad, algo que los sindicatos de docentes, epidemiólogos y especialistas en educación han rechazado.
Florida, Texas y California son los tres estados más poblados de Estados Unidos y los tres tienen una curva de contagios en pleno ascenso hace al menos dos semanas.
Texas registró hoy 9.765 nuevos casos y 95 fallecidos en las últimas horas, lo que elevó el total a 240.111 y 3.013, respectivamente, según la cadena de noticias CNN.
California, por su parte, sumó hoy casi 7.800 casos y 140 muertes, lo que llevó el total a casi 304.300 y 6.851, respectivamente.
Alrededor del 40% de los infectados se concentran en el condado de Los Angeles, donde, en consecuencia, el sistema hospitalario alcanzó un nivel récord de ocupación.
Otros estados como Mississippi, Illinois, Carolina del Sur, Luisiana, entre otros, registraron también incrementos de infectados y hospitalizaciones, en algunos casos a niveles récord.
Sin embargo, en la mayoría de ellos, los gobernadores y la mayoría de los alcaldes siguen sin querer imponer el uso obligatorio de tapabocas y las medidas de distanciamiento social, recomendadas por los expertos del Gobierno federal, pero rechazadas hasta hoy por Trump.
Recién hoy el mandatario aceptó que son medidas que pueden ser positivas; sin embargo, continuó sin utilizar tapabocas hoy durante sus actos públicos en Florida.
El país en su conjunto ya superó los 3,11 millones de casos y está al borde de los 134.000 muertos por coronavirus.
Un informe publicado hoy por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, la máxima autoridad científica del Gobierno estadounidense, destacó que por ahora la pandemia afectó “alarmantemente” más a las minorías negras y latinas, lo confirma uno de los reclamos de atención política que se escucharon en las recientes protestas antirracistas en todo el país.