Se trata del tercer juicio para conocer quién abusó y asesinó a la joven en el sur provincial. El acusado es Marcos Graín Osorio, que habría sido amigo de la víctima.
Un hombre que comenzó a ser juzgado hoy por la violación y crimen de Paula Toledo, ocurrido hace 17 años en San Rafael, y por cuyo caso se realizaron dos juicios orales en los que fueron absueltos cinco imputados.
El acusado es Marcos Graín Osorio (36), quien aseguró ser inocente y dijo que nunca estuvo en el lugar donde asesinaron a la víctima. El hombre comenzó a ser juzgado por segunda vez ya que en la primera oportunidad fue absuelto por “falta de pruebas” por un tribunal oral, aunque finalmente la Suprema Corte provincial ordenó la realización de un nuevo debate al que llegó en libertad, acusado del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado, seguido de muerte”.
Según las fuentes de la investigación, Graín Osorio era amigo y fue sindicado como pareja de la joven violada y asesinada en el momento en que ocurrió el hecho, en octubre de 2003 en el Sur provincial.
El hombre, quien al momento del hecho tenía la misma edad de la víctima, declaró este miércoles ante el Tribunal Penal Colegiado 1 de Segunda Circunscripción Judicial y negó tener relación con el crimen de Toledo.
Grain admitió haber conocido a Paula un tiempo antes de su asesinato y dijo que entablaron una relación de amistad, pero negó que fueran novios, mientras que aseguró estar “tranquilo” y que siembre estuvo a disposición de la justicia.
Tras escuchar la indagatoria del imputado, los jueces Néstor Murcia, Alejandro Celeste y Esteban Vázquez Soaje llamaron a declarar a Francisco Talío (85), el médico forense que practicó la cuestionada autopsia sobre el cuerpo de la víctima horas después de producido el crimen, dado que su cuerpo había sido lavado y no pudo dejar pruebas suficientes y hasta donaron la ropa de la víctima.
Talío, ya jubilado, aseguró que realizó su trabajo “perfectamente bien” y “de acuerdo a los protocolos”. Luego, el tribunal pasó a un cuarto intermedio y se prevé que el juicio tenga 60 testigos y que se extienda hasta el 18 de diciembre.
El hecho ocurrió en octubre del 2003, cuando Toledo fue hallada semidesnuda, violada, con signos de haber sido torturada con quemaduras de cigarrillos y golpeada, en una casa abandonada del barrio Sosneado.
“El cadáver tenía lesiones contuso cortantes en el rostro, hematomas en el dorso de la nariz, y una posible fractura de laringe. En la mejilla, la lesión desgarrante presentaba una características que era tener una forma de arco, o cóncava; muy similar o compatible con el golpe que se había producido con una botella que se halló en el sitio”, según declaró el jefe de Policía Científica de entonces, Sergio Narváez.
En mayo de 2006, se realizó el primer debate por el crimen de Toledo, el que debieron enfrentar los dos hermanos Alejandro y Víctor Echegaray, Iván Gauna y Andres Maravilla, quienes fueron absueltos por el beneficio de la duda.
A ese juicio, Graín Osorio, que era amigo de los otros imputados, no llegó porque se hallaba prófugo. En agosto de 2011, se realizó un segundo juicio oral en el que Grain se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados y declaró que llegó hasta una casa abandonada con Paula, pero que la dejó con sus amigos y se retiró del lugar.
En aquel momento, los jueces Ariel Hernández, Rodolfo Luque e Isidro Peña lo absolvieron por falta de pruebas, e incluso el fiscal Norberto Jamsech no presentó acusación en su contra.
Finalmente, en 2016, la Corte nuevamente ordenó realizar un juicio en el que Graín fuera acusado, que comenzó hoy.