Todas las fragatas y corbetas que se construyen ahora para engrosar las filas de la Armada rusa serán dotadas con misiles hipersónicos Tsirkón. Así lo comunicó el jefe de la Marina de Rusia, Nikolái Yevménov, en declaraciones a RIA Novosti al margen del XI Salón Naval Internacional de Defensa que se celebra estos días en la ciudad portuaria de Kronstadt, a 30 kilómetros de San Petersburgo.
"Los buques tipo fragata que se construyen e instalan irán armados con los Tsirkón. Las corbetas también", aseguró Yevménov. Asimismo, dijo que la Marina rusa no renuncia al uso de misiles de crucero Kalibr ni de misiles antibuque Oniks, que —subrayó— han demostrado su "alta fiabilidad".
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Yevménov declaró que el operativo en Ucrania puso de manifiesto la necesidad de "una aceleración", por lo que instó a introducir "inmediatamente" nuevas tecnologías en la construcción de buques. Asimismo, informó que unos 44 buques de guerra y de logística pasarán este año a formar parte de la Armada rusa.
Sin análogos en el mundo
El pasado mes de febrero, el presidente ruso, Vladímir Putin, informó que este año el país empezará a realizar "suministros masivos" de Tsirkón, que pueden ser montados tanto en buques de superficie como en submarinos. Según el mandatario, estos misiles "no tienen análogos en el mundo" y recalcó que "no existen barreras" para ellos.
Desde el Ministerio de Defensa de Rusia destacan que los proyectiles hipersónicos en cuestión son capaces de "superar con garantías cualquier sistema moderno de defensa antiaérea y antimisiles".
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Los misiles Tsirkón alcanzan una velocidad máxima de unos 2,65 kilómetros por segundo a una altura de 20 kilómetros, es decir, más de 10.000 km/h. La velocidad del proyectil puede alcanzar Mach 9 (nueve veces la velocidad del sonido), mientras que su autonomía máxima es de más de 1.000 kilómetros. Además, el Tsirkón puede destruir tanto objetivos navales como terrestres. Es capaz de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 1.500 kilómetros.