El máximo comandante ucraniano declaró el domingo que las tropas de Kiev, superadas en número, habían retrocedido a nuevas posiciones al oeste de tres pueblos del frente oriental, donde Rusia ha concentrado fuerzas en varias localidades.
La declaración del coronel general Oleksandr Syrskyi refleja el deterioro de la posición de Ucrania en el este, que Kiev espera poder estabilizar una vez que reciba el armamento estadounidense en el marco de un paquete de ayuda de 61.000 millones de dólares aprobado esta semana.
"La situación en el frente ha empeorado", escribió en la aplicación Telegram, describiendo las zonas "más difíciles" como el oeste de la ocupada Maryinka y el noroeste de Avdiivka, la ciudad capturada por las fuerzas rusas en febrero.
Las tropas de Kiev, indicó Syrskyi, tomaron nuevas posiciones al oeste de las aldeas de Berdychi y Semenivka, ambas al norte de Avdiivka, y Novomykhailivka, más al sur, cerca de la ciudad de Maryinka. "En general, el enemigo logró ciertos éxitos tácticos en estas zonas, pero no pudo obtener ventajas operativas", agregó.
Su declaración no mencionó la situación de Novobakhmutivka, otro pueblo cercano a Berdychi, que el Ministerio de Defensa ruso dijo el domingo que sus fuerzas habían capturado.
Las tropas de Moscú han avanzado lentamente desde la toma de la ciudad de Avdiivka, aprovechando la escasez ucraniana de armamento y soldados.
En lo que podría ser un acontecimiento preocupante para Ucrania, Syrskiy señaló que sus fuerzas estaban vigilando de cerca un aumento en el número de tropas rusas en el área de Járkov, la segunda ciudad más grande del país.
La ciudad nororiental, de 1,3 millones de habitantes y situada a 30 km de la frontera rusa, ha sido objeto de ataques aéreos en los últimos meses, en lo que Kiev considera un esfuerzo deliberado de Moscú por hacer de Járkov un lugar inhabitable.
Ucrania está a la espera de recibir el tan esperado envío de ayuda militar estadounidense que, según las autoridades, es fundamental para frenar la invasión rusa, que dura ya dos años.
Una fuente de los servicios de inteligencia ucranianos declaró a Reuters esta semana que Rusia estaba llevando a cabo ataques aéreos contra las líneas ferroviarias para interrumpir la entrega de armas estadounidenses al frente y complicar la logística militar.