El canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró hoy que se observan progresos en las negociaciones sobre el estatus neutral de Ucrania, incluyendo un acercamiento de posturas con respecto a la situación de las regiones separatistas rusoparlantes del Donbaas.
"Estos acuerdos deben ser completados (...), y hay cierto progreso admitiendo la imposibilidad de que Ucrania forme parte de cualquier bloque", aseguró el jefe de la diplomacia rusa durante su visita oficial a la India, un país que ha mantenido un perfil de neutralidad desde el comienzo del conflicto.
Lavrov destacó desde Nueva Delhi la voluntad de las autoridades ucranianas para renunciar a su adhesión a la OTAN, a las armas nucleares y, en general, para declararse "neutral", reivindicación excluyente de Moscú durante estos últimos meses en las conversaciones, informa la agencia Interfax.
Asimismo dijo que detectó "más comprensión" en lo que se refiere a la península de Crimea, otro de los puntos neurálgicos de las exigencias del Kremlin.
Las negociaciones ruso-ucranianas para intentar poner fin al conflicto se reanudaron hoy, informó más temprano el negociador en jefe del Kremlin, Vladimir Medinski.
"Continuamos las negociaciones por videoconferencia. Nuestras posiciones sobre Crimea y el Donbass no cambiaron", había indicado Medinski en la aplicación de mensajería Telegram, en referencia a dos regiones ucranianas, una anexada por Rusia en 2014 y la otra parcialmente bajo control de separatistas prorrusos.
El negociador ruso publicó tres fotografías de estas discusiones, que del lado de Moscú se llevaban a cabo en una oficina de la administración presidencial, recogió la agencia de noticias AFP.
Rusia debe responder a una serie de propuestas ucranianas con vistas a un acuerdo. Kiev propone la neutralidad de Ucrania y renunciar a adherir a la OTAN, a cambio de que otro países garanticen su seguridad frente a Rusia.
También propone negociaciones para resolver el estatus del Donbass ucraniano y Crimea.
La región del Donbass, limítrofe con Rusia, contiene las provincias de Lugansk y Donetsk, de población mayoritariamente rusoparlante que según Moscú ha sido atacada de manera "criminal" por el Gobierno de Ucrania.
Según Rusia, Kiev no aplicó las medidas a las que se había comprometido en los acuerdo de paz de Minsk de 2014 y 2015, que incluían permitir la elección libre de autoridades regionales y la enseñanza púbica del idioma ruso.
Frente al no cumplimiento de aquellos acuerdos, firmados por Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, las provincias separatistas se alzaron en armas y comenzaron una guerra interna con el ejército ucraniano que, según cifras de la ONU, dejó al menos 14.000 muertos en ocho años.