Decenas de miles de personas se manifestaron en contra de la "violencia policial" en varias ciudades de Francia, incluida París, donde un vehículo de la policía fue atacado por manifestantes con una barra de hierro, según las autoridades francesas. Cerca de 200 organizaciones -entre partidos, ONGs, sindicatos y asociaciones de estudiantes- acudieron a la protesta solo en la capital.
Unas 30.000 personas participaron en las manifestaciones en toda Francia, según el Ministerio del Interior, mientras que los organizadores reivindicaron 80.000 manifestantes, 15.000 de ellos en París. Estas protestas contra la "violencia policial" y el racismo fueron convocadas prácticamente tres meses después de los disturbios que se produjeron tras la muerte del adolescente Nahel, de 17 años, al que un policía disparó a quemarropa a finales de junio.
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A la altura del boulevard Clichy, cerca del Sagrado Corazón, una sucursal bancaria fue apedreada y un coche de policía fue atacado por un grupo de personas armadas con barras de hierro. Tres de los cuatro agentes que estaban dentro del coche resultaron con heridas leves. "La manifestación parisina ha vivido episodios de una violencia inaceptable contra las fuerzas del orden. Ya vemos en lo que desemboca el odio contra la policía", denunció el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
"Justicia para Nahel”
"Hemos venido a pelear por mi hermano. El hombre que lo mató, un exmilitar de unos 80 años, fue puesto en libertad", aseguró Hawa Cissé, de 21 años, la hermana de Mahamadou Cissé, un joven que murió tras recibir un disparo por parte de un vecino a finales del año pasado en la ciudad de Charleville Mézières, en el nordeste de Francia.
"Justicia para Nahel", "Policía por todos lados, justicia en ninguna parte" o "Sin Justicia no hay paz", fueron algunas de las proclamas de los participantes en estas protestas, apoyadas por 130 personalidades de la cultura, entre ellas, la cineasta Justine Triet, que ganó este año la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
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Varios participantes de la manifestación portaron carteles en favor de derogar una ley de febrero de 2017, aprobada por un Gobierno socialista con François Hollande como presidente y Bernard Cazeneuve como primer ministro, que dio más margen a los agentes para poder disparar con arma de fuego en caso de que se sientan amenazados.