Las Fuerzas Armadas de Perú llegaron al sureño departamento de Puno, fronterizo con Bolivia y epicentro de las protestas antigubernamentales, para abrir el paso de las carreteras y acabar con los bloqueos en esa región.
El jefe del Comando Conjunto, general Manuel Gómez de la Torre, explicó en declaraciones a medios locales que las tropas movilizadas tienen como objetivo "facilitar el libre tránsito".
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El general Gómez de la Torre señaló que no miden en tiempo la operación para "cumplir con la tarea" y liberar la red vial, que registra bloqueos en las provincias puneñas de Azángaro y Carabaya, según el informe de este jueves de la Defensoría del Pueblo.
Los militares y vehículos blindados movilizados desde las bases de los vecinos departamentos de Moquegua y Tacna se han dirigido al Cuartel de Manco Capac en la ciudad altoandina de Puno.
Hasta la fecha, según datos de la Defensoría del Pueblo, 46 personas que participaban en las protestas fallecieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, 21 de ellas en Puno, mientras que un policía murió tras ser quemado vivo por manifestantes en Juliaca, la ciudad más poblada de Puno.
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Además, el 20 de enero los grupos de manifestantes quemaron la comisaria de Zepita y atacaron las instalaciones de las comisarías de Desaguadero e Ilave, también en Puno.
Las tres localidades se encuentran en línea y conectadas con el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF) de Desaguadero, un puesto aduanero quemado horas antes por los grupos de manifestantes, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en redes.