Cuba volvió a conseguir hoy un triunfo, previsible y simbólico, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que aprobó por trigésimo primera vez una declaración que reclama a Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que dispuso sobre la isla en 1962 y que constituye, según La Habana, “un acto de guerra en tiempos de paz”.
La iniciativa tuvo 187 votos a favor y solo 2 en contra, los de Estados Unidos e Israel, en tanto que Ucrania se abstuvo.
La votación es casi calcada a la del año pasado, con la salvedad de que Brasil se abstuvo en 2022, con Jair Bolsonaro en la presidencia, y ahora, con Luiz Inácio Lula Da Silva en el Ejecutivo, se pronunció contra el embargo.
“El bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, dirigido a anular la capacidad del Gobierno para atender las necesidades de la población, crear una situación de ingobernabilidad y destruir el orden constitucional", denunció el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
El texto de la resolución "Necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba" reitera el principio de la "igualdad de los Estados, la no intervención y la no injerencia en asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacional".
Esta es la 31ra vez que la asamblea debate la cuestión, siempre con una votación altamente favorable a cesar la medida, aunque Estados Unidos la incumple sistemáticamente.
La resolución, cuya discusión empezó ayer, es más bien un alegato para que los estados en general no recurran a este tipo de medidas que afectan a las economías de los países que las sufren. De hecho, pide a los estados que "se refrenen" de aplicar leyes y medidas como el embargo a Cuba.
Además, manifiesta "su preocupación sobre la promulgación y la aplicación continuadas" de leyes como la estadounidense Helms-Burton (vigente desde 1996), que tiene efectos extraterritoriales para personas y empresas que hagan negocios con Cuba.
Un bloqueo que comenzó en 1962
Impuesto en 1962, en plena Guerra Fría, por el entonces presidente John F. Kennedy, el bloqueo fue recrudeciendo progresivamente para asfixiar al gobierno comunista, entre otras con las leyes Torriceli (1992) y Helms-Burton, que establecieron la extraterritorialidad del embargo, lo que significa la aplicación de normas de EEUU en países extranjeros.
Desde 1992 que Cuba se anota el triunfo en la ONU para terminar con la represalia de Washington. En aquella primera ocasión se registraron 59 votos a favor, 71 abstenciones y 3 votos en contra, y desde entonces la iniciativa fue sumando apoyos.
Pese a sus promesas de campaña, el presidente estadounidense Joe Biden mantiene las sanciones que impuso su antecesor, el republicano Donald Trump, unos días antes de concluir su mandato, con excepción de algunas variantes menores en materia de visados, viajes y remesas a la isla.
"El bloqueo recrudecido al extremo sigue siendo el elemento esencial que define la política exterior de Estados Unidos con Cuba", advirtió Rodríguez, que subrayó que “con una simple firma” Biden podría eliminar lo que definió como "despiadado asedio" a la población cubana.
Rodríguez llamó la atención sobre el hecho de que más del 80% de la población cubana solo vivió bajo el régimen de sanciones unilaterales estadounidenses.
El diplomático cuestionó por igual la inclusión de la isla, por parte de Washington, en la lista de países que patrocinan el terrorismo.
“El Gobierno de los Estados Unidos miente y hace un enorme daño a los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo, cuando acusa a Cuba, sin fundamento alguno, de ser un país patrocinador de ese flagelo. No hay un solo argumento válido y razonable para la permanencia de Cuba en esa lista espuria”, señaló Rodríguez.
En su réplica, la representación de EEUU explicó que las sanciones son “un conjunto de herramientas en nuestro esfuerzo más amplio hacia Cuba para hacer avanzar la democracia y promover el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”.
“Por lo tanto, nos oponemos a esta resolución", señaló.
España, en nombre de la Unión Europea, manifestó su "preocupación" por la situación de los derechos humanos en Cuba, y pidió la liberación de "todos los presos políticos".
Otros embajadores hablaron en nombre del G77+China, del Movimiento de Países no Alineados, el Sistema de integración Centroamericana (Sica) y de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac).
La agencia AFP detalló que se registró una “notable ausencia de los países desarrollados antes de la votación, pese a que la mayoría votaron a favor de la resolución”.
Las autoridades cubanas calculan que seis décadas de bloqueo significaron pérdidas para su economía de más de 159.000 millones de dólares.
Pasada la votación, el canciller Rodríguez y el mismo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, celebraron el resultado en sus respectivas cuentas de la red X.
“187 países demandan en Naciones Unidas el cese del #BloqueoGenocida contra #Cuba. Se confirma el completo aislamiento de EEUU por su política ilegal, abusiva y moralmente insostenible. Gran victoria del pueblo cubano en su incesante lucha y justo reclamo de vivir #MejorSinBloqueo”, escribió el canciller, con una fotografía del tablero del recinto.
“El mundo ha vuelto a decir NO al #BloqueoGenocida. ¡Viva #Cuba!”, publicó Díaz-Canel.