Los ataques se han producido con armas de fuego y granada. Entre las víctimas hay decapitados
Cuando a media tarde del martes, las autoridades de Ecuador dijeron a la ciudadanía que podían dormir tranquilos porque se había recuperado el control de la cárcel de Guayaquil, se contaban 24 muertos. Pero el amotinamiento en la antigua Penitenciaría del Litoral no había terminado y el número de víctimas creció este miércoles a 116 a medida que las fuerzas policiales avanzaban por los pabellones de la prisión más grande del país. Varios de ellos estaban decapitados. Los familiares de los presos fallecidos se apostaban a las afueras del centro en espera de noticias y de la confirmación de lo ocurrido. Algunos solo sabían que su pariente estaba muerto porque lo había visto en los vídeos, de gran crudeza, que se difundieron desde el interior. Hay, además, 80 heridos, de acuerdo a los datos que ha facilitado el presidente, Guillermo Lasso.
Mientras prosigue el levantamiento de cuerpos, Lasso ha decidido alterar su agenda, trasladarse de urgencia a la ciudad de la zona costera para convocar al Gabinete de crisis y decretar el estado de emergencia en todo el sistema penitenciario. Hace un mes y medio, prometió destinar 75 millones de dólares para aliviar un problema de hacinamiento y descontrol que se prolonga desde hace años por el poder que tienen las bandas criminales dentro de los centros. Los fondos no se han desembolsado aún, pese a que el entonces director de las cárceles dijo que la situación era “precaria, caótica, peligrosa y anárquica”. Desde este martes, hay un nuevo director para el sistema penitenciario.
Este último amotinamiento es el más violento de la historia del país, tras superar la cifra de 79 muertos que dejó en febrero un enfrentamiento coordinado y simultáneo en cuatro prisiones. En sus tres meses de gestión que lleva Lasso, es el segundo incidente grave que enfrenta tras los 22 fallecidos de un doble motín en julio. “Tenían impactos de proyectil de armas de fuego y también por granadas”, detalló el comandante de la policía Fausto Buenaño el martes cuando, según anunció, se había retomado el control y el número de víctimas era de 24.
Fuente: El País