El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció hoy que no intervendrá si ocurre un estallido de desobediencia civil contra las cuarentenas impuestas por los gobernadores ante el colapso sanitario y admitió que es “poco” el auxilio de 55 dólares por mes que entregará a casi 40 millones de personas, mientras casi el 80 por ciento de la población considera que la pandemia está “fuera de control”.
“Mi Ejército no va a salir a la calle para cumplir decretos (de cuarentena) de los gobernadores. Si el pueblo decide entrar en desobedienciai civil, no les entregaré el Ejército ni por orden del Papa”, avisó Bolsonaro a seguidores en la puerta del Palacio de la Alvorada.
El líder ultraderechista hizo la declaración para explicar un pedido realizado ante el Supremo Tribunal Federal, la corte máxima del país, para que sea declarado ilegal el toque de queda nocturno decretado por los gobernadores de Brasilia, Bahía y Río Grande do Sul como parte de las cuarentenas, a las cuales se opone.
Bolsonaro comparó a las cuarentenas con “dictaduras”, pronosticó “situaciones de caos” provocada por “el hambre y la falta de empleo que ya está sintiendo el pueblo por esta idea de cerrar todo” y hasta comenzó a amenazar con “acciones duras” a los gobernadores que insistan en las restricciones.
“Me culpan a mí como si fuera insensible frente a las muertes pero el hambre también mata; la depresión que causa suicidios en Brasil. ¿Dónde iremos a parar? ¿Será que la población está preparada para una acción del gobierno federal frente a eso? Pueden ser medidas duras. Para darle libertad al pueblo y para darle derecho al pueblo de ir a trabajar. Y eso no es dictadura. El terreno para una dictadura es justamente el hambre y la miseria”, afirmó.
En este sentido, agregó, sin detallar: “Me gustaría que no llegara ese momento, pero terminará llegando”.
“Yo tenía razón desde el principio. Ahora el intendente de Rìo de Janeiro (Eduardo Paes) prohíbe ir a la playa, cuando la vitamina D del sol es buena para prevenir casos graves de Covid”, dijo.