Un nuevo capítulo de alta tensión se abrió en la televisión argentina luego de que Viviana Canosa realizara una denuncia en Comodoro Py, aún bajo secreto de sumario, y la misma terminara parcialmente revelada en televisión. La filtración, atribuida al periodista Tomás Méndez desde su programa en El Nueve, incluyó nombres de figuras públicas como Florencia Peña, Damián Betular, Humberto Tortonese, Elizabeth Vernaci, Costa y Lizy Tagliani. La mención de estos artistas en el contexto de supuestos delitos provocó un inmediato revuelo.
La denuncia, según Méndez, incluye presuntas situaciones de abuso y tráfico de influencias en fiestas privadas, aunque el periodista aclaró que en el escrito de Canosa no se formula ninguna afirmación contundente y todo está planteado en forma potencial. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: los nombres llegaron a la opinión pública y el escándalo mediático fue inevitable.
Desde su programa Viviana en Vivo (El Trece), Canosa respondió con un fuerte descargo este jueves. “No ensucien a nadie. Estoy bajo secreto de sumario. No puedo hablar, pero alguien está operando, dando nombres, exponiendo personas que quizás no tienen nada que ver”, dijo. Y agregó: “¿Quién está mandando a operar comunicadores?”.
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Su abogado, Juan Manuel Dragani, también se pronunció y fue tajante: “Se está mal informando y contaminando una investigación judicial seria”.
En paralelo, Mariana Fabbiani, una de las figuras más reconocidas de la televisión, lanzó una dura réplica tras sentirse aludida por Canosa. “Ayer me amenazaron desde la pantalla de Canal 13 y por privado también. Viviana Canosa: decí lo que tengas que decir”, disparó la conductora desde América TV. En un editorial que rápidamente se volvió viral, Fabbiani cuestionó a su excompañero de canal, Adrián Suar, por permitir lo que definió como “una operación sin escrúpulos por un punto de rating”.
“Canosa arruinó la vida de muchas personas con una crueldad que no tiene límites”, expresó. “¿Dónde quedó el prestigio de Canal 13? Esto no tiene que ver con la libertad de expresión, sino con responsabilidad ética en los medios”.
La tensión creció aún más cuando Canosa redobló la apuesta. Acusó a Fabbiani de haber llamado a Suar para pedir su despido y reveló que le envió un mensaje directo a Mariano Chihade, esposo y productor de Fabbiani, con quien dijo haber tenido propuestas laborales en el pasado. “Nunca trabajé por ser la esposa de nadie. Los hombres que tuve eran más pobres que las lauchas y los ayudaba yo”, ironizó.
Además, aseguró que la esposa de Chihade intentó bloquear sus vínculos con otros conductores como Ángel de Brito y Yanina Latorre. “Querés pedir mi cabeza. No lo vas a conseguir. Suar me eligió, y si no me quisiera, no estaría acá”, lanzó al aire.
El cruce, lejos de apagarse, parece entrar en una etapa aún más caliente. Fabbiani contraatacó criticando la línea editorial de su canal rival, al que perteneció durante años. “Pasamos de hacer periodismo con Lanata a hacer escándalo con Canosa. ¿Vale todo por un punto de rating?”, preguntó, apelando directamente al criterio del gerente de programación.
En medio del fuego cruzado, el presidente Javier Milei también se sumó a la polémica al compartir en X el video con las declaraciones de Fabbiani, insinuando que hay alineamientos mediáticos detrás de lo que calificó como “operaciones”.
El inicio del conflicto se remonta a una antigua acusación de Canosa contra Lizy Tagliani, a quien señaló por una supuesta traición personal. La réplica de Martín Candalaft, periodista del equipo de Fabbiani, fue lo que terminó desencadenando el enfrentamiento público entre las conductoras, que hoy están al aire en canales rivales y en el mismo horario.
Mientras tanto, la denuncia original sigue su curso en la Justicia. Canosa afirma que, por el momento, no puede hablar debido al secreto de sumario. Sin embargo, el tema ya estalló en los medios, y su dimensión pública promete seguir generando consecuencias tanto judiciales como mediáticas.
La historia continúa.