El pasado 17 de septiembre, el cantante Raphael vivió momentos de tensión tras sufrir un percance durante la grabación de un especial de Navidad en el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid. Aunque logró salir del lugar por sus propios medios, fue trasladado de urgencia al Hospital Clínico San Carlos, donde los médicos realizaron estudios para descartar un fallo cerebrovascular.
Un traslado estratégico por su historial médico
Aunque las pruebas iniciales descartaron un ictus, Raphael pidió ser derivado al Hospital Universitario 12 de Octubre, centro que conserva su historial médico desde el trasplante de hígado que recibió en 2003. Los especialistas consideran que este cambio permitirá un mejor seguimiento de su estado de salud y la identificación de posibles causas del evento neurológico que sufrió.
Te puede interesar
Familia al pie del cañón
La familia del artista, liderada por su esposa Natalia Figueroa y sus hijos Jacobo, Alejandra y Manuel, no se ha separado de su lado. Ellos han asumido el rol de portavoces, informando a los medios sobre las decisiones médicas y la evolución del cantante. Según el entorno familiar, las noticias más recientes apuntan a una recuperación positiva, lo que alivia a los seguidores del intérprete de Mi gran noche.
Cancelaciones y expectativas
A pesar de las buenas noticias, la agencia de representación de Raphael confirmó la cancelación de sus conciertos programados para este fin de semana en Madrid. Esta decisión, aunque prudente, ha aumentado la preocupación de sus fanáticos, quienes esperan con ansias la reaparición del jiennense en los escenarios.
Un ícono en pausa
El incidente de salud ha recordado a todos la resiliencia del cantante, quien ya superó importantes desafíos médicos en el pasado. Ahora, mientras permanece bajo observación, sus seguidores confían en que Raphael volverá a iluminar los escenarios, como ha hecho durante décadas, demostrando que sigue siendo un referente indiscutible de la música.