La Navidad minimalista nunca pasó de moda y este año regresa al interior de los hogares a hacer magia con su distintiva sencillez. Por lo general, la Navidad es un una época que se asocia con una decoración exuberante y recargada; sin embargo, celebrar estas fiestas de una manera más serena y elegante es posible sin tener que renunciar a la calidez y el encanto.
En un mundo cada vez más acelerado y consumista, la Navidad minimalista se presenta como una alternativa más consciente y sostenible. Al reducir la cantidad de adornos y optar por materiales naturales, se pueden celebrar las fiestas decembrinas respetando el medio ambiente y reduciendo el impacto en el planeta. Además de combinar la elegancia, la sostenibilidad y la personalización al optar una decoración más sencilla.
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Colores monocromáticos
La Navidad es una época de alegría y color, pero este año lleno de tendencias nuevas, es posible darle un giro más sofisticado y elegante a la decoración navideña. La tendencia monocromática aporta un toque de sofisticación y elegancia que nunca pasa de moda en la decoración. Al reducir la paleta de colores se crea un ambiente sereno y relajante que embona con cualquier estilo decorativo al interior del hogar, especialmente para la decoración de la temporada.
El minimalismo trata de la sencillez de un lugar u objeto y para lograr una Navidad minimalista, los colores neutros o un poco más atrevidos como el azul marino, el borgoña o el verde oscuro, junto con el juego de texturas lisas o brillantes, le dan el toque perfecto para esta tendencia. Todo esto, sin dejar a un lado los detalles dorados o plateados característicos de la Navidad.
Otra de las a intentar es un árbol completamente blanco, adornado con delicadas luces blancas y esferas de cristal transparentes. O una mesa navideña en la que cada elemento, desde la vajilla hasta los centros de mesa, comparten un mismo tono monocromático, detalle que reside en su simplicidad y en la armonía que crea en el espacio.
Materiales naturales
Los elementos naturales que el entorno brinda a los seres humanos para esta temporada invernal, son perfectos para hacer de la Navidad una oportunidad para decorar de forma única y original. Entre todas las opciones, la madera —un material cálido y versátil— es la protagonista indiscutible de la decoración navideña minimalista.
Sus vetas y nudos característicos aportan una textura y profundidad inigualables. Se puede usar en los centros de mesa, en las coronas, en figuras decorativas o en el mobiliario. Donde sea que se aplique, siempre y cuando no se sature de otros elementos y se deje su apariencia natural elegante, se verá hermosa.
Otra opción son las fibras naturales como el mimbre, el yute y el lino. Estos elementos son ideales para aquellos que buscan una decoración navideña cálida y acogedora. Su textura y tonalidad natural aportan una sensación de calma y conexión con la naturaleza. Se caracterizan por su adaptabilidad a cualquier estilo decorativo, desde el rústico hasta el más moderno y su sencillez hace que embone en cada rincón del hogar en la decoración.
Árbol de Navidad minimalista
El árbol de Navidad, símbolo por excelencia de estas fiestas, puede seguir siendo el protagonista sin tener que saturarlo de accesorios decorativos. Alejando los tradicionales árboles recargados de adornos, esferas o moños, se puede crear un foco visual elegante y atemporal que transmita la esencia de la Navidad sin renunciar a la belleza.
No es necesario suplir el pino, basta con agregar los adornos necesarios, ya que implica menos materiales. Esto genera una reducción en el impacto ambiental, pues hay naturales, artificiales o incluso, ramas secas decoradas. Estas opciones crean un centro de atención único y personalizado.