La jornada de Tokio fue bastante agitada en donde se empieza a ver una venta masiva de acciones, un modo risk-off con inversionistas huyendo del riesgo y un yen apreciándose. Esto es un movimiento adicional respecto a lo que habíamos visto la semana pasada, donde las acciones americanas habían caído y las tasas, los bonos del Tesoro de EEUU se habían valorizado en relación a un dato de empleo bastante más suave de lo que esperaba el mercado. Además, se sumó una reunión de la Fed, que, en pocas palabras, abre una ventana a los primeros recortes de tasas.
El mercado empieza a creer que el soft landing no va a ser posible y que la recesión está a la vuelta de la esquina. Entonces, estos componentes que salen desde EEUU impactan en Japón, que ha venido subiendo las tasas y empiezan a desbaratar lo que se le conoce como el carry trade.
El carry trade, es básicamente inversionistas que piden prestado a tasas muy bajas en Japón, casi cero, y con ese dinero salen a otros países principalmente EEUU. Esto llevó a la bolsa de Tokio a caer más de un 12%, Bitcoin cayendo casi un 20%, acciones tecnológicas como Nvidia cayendo más de un 12% en premarket.
Abierto el mercado, los analistas entraron en modo pánico diciendo que la Fed tiene que hacer un recorte de tasas urgente de acá a septiembre. Lo que es cierto, es que el mercado de EEUU abre a la baja y tenemos acciones con caídas de hasta el 12%.
En términos generales, vemos un mercado con mucha volatilidad e incertidumbre, creo que se van a armar dos bandos en el mercado: entre la gente que sí cree que va a haber una recesión inminente y otros que creen que se puede evitar y el soft landing es una opción.
Por ahora, hay que llevar con tranquilidad las posiciones y mirar con calma qué es lo que va a pasar. Los próximos días vamos a tener una opinión más certera del pensamiento que reinará en el mercado.