El medio alemán online Tagesschau se hace eco de las protestas contra la explotación de litio en Argentina, y titula así un artículo de trasfondo: "El lado oscuro de la electromovilidad”: "Las protestas comenzaron pacíficamente. Cientos de personas llegaron a las calles. ‘El pueblo unido jamás será vencido', gritaban. Unido en la lucha contra la ampliación de la extracción de litio en su región, contra la amenaza de la destrucción del medioambiente y la explotación de sus recursos naturales. Luego, las protestas se volvieron violentas. 70 personas resultaron heridas, y decenas fueron detenidas. ‘Estamos defendiendo nuestras tierras', dijo una mujer con desesperación ‘No queremos ser esclavos. Ya hemos sufrido durante muchos años'.
Las protestas en la provincia de Jujuy, en el norte de Argentina, se dirigen contra el gobierno provincial, que quiere cambiar la Constitución. Entre otras cosas, se restringiría el derecho a la manifestación. Está prohibido bloquear calles e invadir edificios públicos: así justifica el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, las duras medidas. (…) Según la Constitución de 1994, las provincias pueden disponer de los recursos mineros. Las compañías internacionales negocian con los gobiernos provinciales la obtención de licencias. Según Morales, todo eso se hace según la ley. Pero los activistas del medioambiente tienen grandes dudas. El ecosistema de la Puna está siendo destruido. ‘Creen en la energía verde. Destruyen una cosa para obtener otra. El modelo de negocio es decir que se trata de ‘energía verde'', dice Clemente Flores.
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Se trata de un negocio que rinde enormes ganancias, explica Ernesto Picco, de la Universidad de Santiago del Estero: ‘En 2012 se vendió la tonelada de litio a 4.000 dólares. A fines de 2022, costaba 78.000 dólares'. Pero la mayor parte de esas ganancias del negocio del litio van a manos de compañías mineras extranjeras, dice Picco. ‘Según la ley argentina, las empresas dejan solo el tres por ciento de las regalías. Ese tres por ciento de las ganancias van a la provincia que posee los recursos'. En el vecino Chile, recuerda Picco, la situación es muy diferente. Allí, el 40-45 por ciento de las ganancias van a las arcas públicas. (…).
Un dilema para el norte y para el sur, señala el abogado en Derecho Ambiental Enrique Viale, sobre el cual se ha pensado muy poco. Especialmente no a nivel político. Mientras los arroyos se secan en el ‘Triángulo del litio' de América Latina, los ríos desaparecen, y en muchos lugares la escasa vegetación se marchita, el presidente Alberto Fernández espera multiplicar por diez la producción de litio de Argentina para 2030".
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"Bloqueos y protestas contra la explotación de litio”
El diario alemán Tageszeitung (Taz) también se enfoca en las protestas en la provincia argentina de Jujuy, contra la explotación de litio: "'No al litio, sí al agua', se lee en un afiche de cartón junto a la calle que lleva a la pequeña ciudad de Purmamarca, en la provincia de Jujuy. (...). Dependiendo de la hora del día, se reúnen aquí cerca de 500 personas de comunidades indígenas. (…). Cuando, la semana pasada, la Policía trató de dispersar la protesta, se produjeron violentos enfrentamientos. (…). Un joven de 17 años perdió la vista de un ojo debido a una bala de goma. ‘Estos días son decisivos. Las empresas mineras quieren el litio y las fuentes de agua de nuestros territorios', dijo un joven indígena a la prensa. ‘Por eso nos quedaremos en las calles'.
En Jujuy viven cerca de 300 comunidades indígenas, sobre todo en la Puna, con su grandes salitrales, en los cuales hay yacimientos de litio. Pocas comunidades tienen un estatus legal o un título de propiedad por la tierra que habitan desde hace cientos de años. (...). De las reservas de litio a nivel mundial, estimadas en 86 millones de toneladas, Argentina cuenta con 19,3 millones de toneladas, gran parte de las cuales se encuentran almacenadas en Jujuy. Dado que el cambio en la movilidad en los países industrializados ha aumentado la demanda de baterías, la presión sobre la extracción del litio se ha incrementado.
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Por eso, el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, de centroderecha, puso en marcha una reforma de la nueva Constitución de la provincia. Dio de baja al artículo 36, referido al 'Derecho a la propiedad privada', y al artículo 50, sobre los 'derechos y garantías de las comunidades de los pueblos indígenas', volviendo a la redacción original de 1986. El ambiente en Jujuy ya estaba caldeado a causa de varias huelgas. Morales decretó la prohibición de las protestas. A pesar de eso, la capital provincial de San Salvador de Jujuy vivió en los días pasados las mayores manifestaciones de los últimos años. (…) El gobernador cedió y dio marcha atrás con las reformas en los artículos 36 y 50. Sin embargo, la Convención Constituyente votó el martes (26.06.2023), con los votos de la oposición peronista, a favor de la aceptación de la reforma constitucional. Después de eso, los manifestantes ingresaron al edificio del Congreso y destrozaron las oficinas, mientras que la Policía provincial y los manifestantes libraron una batalla campal en las calles que rodean el edificio. El balance preliminar: toneladas de piedras, balas de goma y gases lacrimógenos, al menos 170 heridos, incluidos algunos heridos graves, y 68 detenciones temporales".